El corazón de la economía mundial se está moviendo hacia el Oriente. Tras años de estancamiento económico en las naciones que han arrastrado el crecimiento de las finanzas mundiales durante más de un siglo, los dragones y tigres asiáticos se consolidan como los agentes económicos que lideran la recuperación económica global. Singapur, China, Corea del Sur y Vietnam, son algunos de los ejemplos de naciones que han mantenido tasas de crecimiento que superan 7% durante ya un cuarto de siglo.
El Presidente Felipe Calderón conoce esta realidad y ha decidido enfocar sus esfuerzos a constituirse como un socio confiable de los países asiáticos. Atrás quedan aquellos años donde se pensaba, desde la Cancillería de Tlatelolco y desde la Secretaría de Economía, que los chinos, coreanos o vietnamitas eran rivales económicos.
En la actualidad, las distintas reuniones de alto nivel que han sostenido delegaciones legislativas y ejecutivas de México y sus contrapartes asiáticas, apuntan que, ante la debilidad estructural de la economía de Estados Unidos lugar a donde se dirigen más de tres cuartas partes de las exportaciones mexicanas, es necesario diversificar las exportaciones hacia otras regiones del mundo, buscando disminuir la dependencia de México con relación al mercado americano.
La relación de México con los tigres asiáticos ha crecido exponencialmente en la última década. Por un lado, los lineamientos de política exterior de México, materializados en el Programa Nacional de Desarrollo, señalan que México debe buscar diversificación de sus relaciones económicas, lo que ha propiciado una creciente participación del país en organismos regionales como la Asociación Económica del Sudeste Asiático (Asean) y en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
La adhesión de México al Acuerdo de Asociación Transpacífico persigue la lógica de incrementar su presencia comercial en las naciones integrantes: Australia, Brunei, Chile, Estados Unidos, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur. Así, este foro de cooperación del pacífico impacta tres continentes y tiene un mercado de potenciales consumidores de más de mil 500 millones de habitantes.
En el Foro Económico de Davos, el Presidente Calderón se reunió con su contraparte de Singapur Lee Hsien Loong, en donde le expresó la voluntad de México por participar a fondo en el acuerdo transpacífico. Asimismo, México alcanzaría acuerdos preferenciales con naciones con las que no tiene tratados de libre comercio, como son los casos de Australia, Nueva Zelanda, Brunei, Malasia y Singapur.
RECIBE PREMIO AL ESTADISTA MUNDIAL
Calderón recomienda a Europa “sacar la bazuca” contra la crisis
DAVOS, SUIZA.- El Presidente Felipe Calderón Hinojosa recibió el Premio al Estadista Mundial de manos del profesor Klaus Schwab, presidente y fundador del Foro Económico Mundial y ofreció un mensaje relacionado con la situación económica mundial, que “es la peor crisis de que tengamos memoria”.
El Mandatario sostuvo que con la crisis económica los países “tenemos una bomba de tiempo; la bomba se encuentra en Europa y estamos trabajando en conjunto para desactivarla antes de que explote encima de todos nosotros”.
Subrayó que en esas circunstancias México ha asumido la presidencia del Grupo de los Veinte (G-20), con lo cual se convierte en el primer país latinoamericano que encabeza ese foro; en ese papel buscará el consenso para restaurar la estabilidad y el crecimiento económicos.
El Presidente animó a Europa a actuar con contundencia para hacer frente a la “crisis de deuda y confianza”.
“Hay que sacar la bazuca inmediatamente, antes de que se seque la pólvora”, dijo el mandatario durante una intervención en el Foro de Davos, junto al fundador de Microsoft, Bill Gates, en el que instó a la Zona Euro a aprender de los errores cometidos por América Latina en la década de 1990, y también de las soluciones.
Calderón Hinojosa detalló que a diferencia de hace varios años, México tiene una economía sólida y con una tasa de inflación muy baja.
Recordó que hace unos cuantos años México sufrió crisis recurrentes que tuvieron costos muy altos a niveles social, económico y político, por lo que pueden entender los “tiempos difíciles” a los que se enfrentan los europeos.
“No podemos evitar recordar nuestras propias experiencias, a pesar de la diferencia en las circunstancias, percibimos similitudes interesantes”.
Refirió que “la clave” es recuperar la confianza, para lo cual es esencial realizar un diagnóstico honesto y creíble, hablar claramente acerca de los costos, y asegurarse de que el ajuste sea lo suficientemente grande, y que se implante, que se ponga en marcha de manera audaz y rápido.
