La relación entre el gigante de ventas por internet Amazon y la empresa de paquetería UPS (United Parcel Service), no está atrevesando por su mejor momento, según revela Business Insider. Háciendose eco de información publicada en The Wall Street Journal, el citado medio señala que la factura de Amazon con UPS ronda los 1.000 millones de dólares, lo que la convierte en la más importante para la compañía de envíos.
Sin embargo, Amazon no está a gusto con con el incremento en las tarifas que tiene que pagar por enviar la mercancía que vende a través de UPS y desde hace un tiempo está usando sus propios camiones y furgonetas para la parte final de los procesos de envío, lo que se conoce como el “delivery”.
Los costes de transporte que Amazon paga han aumentado desde el 10,4% hasta el 11,7% en un año. Los ejecutivos de la compañía de comercio electrónico ven este incremento “preocupante”, según el reporte del periódico norteamericano.
Las tensiones entre han aumentado especialmente en las dos últimas Navidades, la época del año más importante para ambas empresas. Recientemente, una avalancha de pedidos causó que UPS se viese desbordada y realizara las entregas con demora. Aunque Amazon ayudó a la compañía de envíos a cubrir los gastos de reembolsos causados por no cumplir los plazos a la hora de hacer los despachos, la relación no ha mejorado.
De acuerdo con el diario neoyorquino, recientemente Amazon ha pedido a UPS que le provea datos de rutas y rastreo sobre sus operaciones, pero no ha recibido nada relevante, ya que la empresa de transporte es cautelosa a la hora de otrogar información que pueda resultar útil a Amazon en sus esfuerzos logísticos. Puede que tenga razón. No en vano, la compañía fundada por Jeff Bezoz ha fichado a 40 ejecutivos de UPS en los últimos tres años.
Satish Jindel, un analista de la consultora de logística SJ, afirmó a TWJ que “los intereses de Amazon no pasan por hacer lo que resulte bueno para UPS”, y remarcó que “sus esfuerzos se centran en conseguir el control de la logística”.
