Como ampliamente positiva fue calificada la medida de exigir pasaporte a todo extranjero que ingrese al país por vía terrestre, tal y como se comenzó a hacer en Tijuana, Baja California Norte.
El presidente de la Asociación de Abogados de Reynosa, Juan Martín Silva Domínguez, comentó que es aplaudible que la autoridad migratoria mexicana por fin se haya dado cuenta de la importancia de cuidar mejor las fronteras sin violación de tratados internacionales y siempre respetando los derechos humanos de las personas.
Explicó que merece la pena destacar que son contados los tratados internacionales existentes en el mundo, que brindan total libertad para cambiar de lugar de residencia o trabajar en donde les acomode a los ciudadanos de las naciones que los suscriben.
Dijo que en el caso específico de México, el cacareado Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN por sus siglas en inglés), no contempla en ninguno de sus puntos el libre tránsito de personas entre México, Estados Unidos y Canadá, entonces no se entiende porqué se tardó tanto nuestro país en ponerle atención al rubro de los puentes internacionales que son utilizados por los extranjeros que vienen del vecino país del norte “como Pedro por su casa”.
Consideró que ni siquiera los tratados más conocidos del mundo, como el que tiene la Unión Europea o el Pacto Andino, brindan legalmente tantas oportunidades de desplazamiento transfronterizo sin problemas como el trato que México le venía brindando a los visitantes y/o expulsados por Estados Unidos.
Pedir pasaporte, o bien documento similar al estilo visa láser, a quienes ingresan a México debió de ser siempre parte de la política exterior mexicana, sin embargo más vale tarde que nunca y la primera acción de este tipo ocurrida en Tijuana es positiva y digna de reconocimiento, con la salvedad y recomendación de que se amplié a todos los que ingresan vía terrestre, no sólo a aquellos que lo hacen en calidad de peatones.
Recordó que Estados Unidos y Canadá, pese a ser nuestros socios comerciales, todavía nos ponen muchas trabas cuando como mexicanos pretendemos ingresar a sus territorios.
Admitió que Canadá ha suavizado un poco el asunto migratorio desde hace dos años, cuando antes exigía pasaporte y también visa, pero aseveró que los requisitos de ingreso a esas dos naciones siguen plenamente vigentes.
Comentó que cuidar las fronteras es parte de la responsabilidad del estado mexicano y que bueno que comenzó, aunque incipientemente, a hacerse cargo del asunto iniciando lo que permitirá corregir un desequilibrio migratorio que data desde hace décadas.
Abundó que por mucho tiempo a quien venía de Estados Unidos no se le exigía ninguna clase de documento, y esto constituye un peligro para México porque entra toda clase de personas y no se tiene el mínimo control de quienes son (mexicanos, centroamericanos, terroristas, etcétera).
Expuso que los Estados Unidos tienen la política migratoria que ellos quieren, la misma que nos obliga a nosotros los mexicanos a pagar elevadas sumas por una visa láser que ellos inventaron, misma que sólo nos da derecho a visitar la frontera norteamericana, pues pretender ir más allá de su territorio implica solicitar un permiso especial y pagar por él.
Tales disposiciones migratorias las impone Estados Unidos en forma unilateral, entonces la exigencia de pedir nosotros por lo menos pasaporte es completamente válida, aseguró.
Incluso fue más allá al considerar que quienes ingresan a México con la intención de quedarse varias semanas o meses, aunque lo hagan a pie, deberían de cubrir una cuota de internamiento tal y como se hace en muchas partes del mundo (en algunos países se paga por entrar y también por salir).
En el mismo caso estarían dijo, aquellos residentes o ciudadanos norteamericanos que viven en región fronteriza norteamericana que vienen a pasar fiestas o períodos especiales del año con sus familias en México. Es justo que paguen una cuota también para contribuir a los gastos de mantenimiento de las carreteras y servicios que usan.
