El país norteamericano registró un nuevo récord en sus importaciones petroleras, impulsado por mayores compras al exterior de petrolíferos y gas natural.
Durante el primer semestre, México registró un importante incremento en sus importaciones petroleras que sumaron 25.506 millones de dólares, lo que representó un alza del 36% respecto al mismo período de 2017.
El incremento en las compras estuvo impulsado, principalmente, por mayor adquisición de gasolinas automotrices, que promediaron en volumen el 70% del consumo interno, alcanzando los 8.887 millones de dólares, lo que representó un aumento interanual del 36%.
Si bien las gasolinas automotrices abarcan la tercera parte del monto total de las importaciones mexicanas del sector, las otras reparticiones también observaron importantes aumentos.
Las importaciones de gas natural ascendieron a 3.414 millones de dólares, lo que representó un incremento de 48% respecto a los primeros seis meses del año anterior. No obstante, estos aumentos se esperan hasta que el sistema nacional de gasoductos, proyectado en 2012, esté a pleno funcionamiento en 2020.
Por su parte, las internaciones de diesel, que concentra el 68% de las importaciones por valor realizadas en 2017, alcanzaron los 4.529 millones de dólares, lo que significó un aumento de 56% de un año.
Sin embargo, el mayor incremento en las importaciones mexicanas del sector se registró en las compras de turbosina, un combustible que se utiliza para las turbinas de aviones y helicópteros, sumaron 858 millones de dólares, presentando un alza de 78% en el valor y que coincidió con la caída de la producción de Petróleos Mexicanos de este combustible.
Las exportaciones mexicanas de petróleo crudo ascendieron a 13.023 millones de dólares, con lo cual se situó en los niveles de 2014, previo a la caída de los precios internacionales. Con lo cual, el déficit comercial de productos petroleros y combustibles totalizó 10.286 millones de dólares.