La devaluación del peso mexicano frente al dólar adquiere ya terrenos muy preocupantes… en los pasados 12 meses acumula 24 por ciento en pérdida de valor.
Esto ofrece oportunidades pero también puntos neurálgicos delicados como lo puede representar la importación de alimentos, de lo que hemos hablado en algunas ocasiones.
Llegamos a comentar que cualquier variable que se saliera del control implicaría incrementar el costo de estas importaciones por lo que recomendábamos avanzar hacia la seguridad alimentaria.
Seguridad alimentaria refiere a la posibilidad de un país de garantizar a su pueblo los alimentos que requiere diariamente.
México hace 30 años fue perdiendo progresivamente esta seguridad y hoy hay una dependencia alimentaria de las importaciones… las cifras lo dejan claro.
Estamos importando en promedio el 45 por ciento de nuestras necesidades alimentarias, a pesara de ser el décimo cuarto productor agropecuario, según datos de la FAO, las importaciones de alimentos van en ascenso.
Compramos a otros países aproximadamente el 50 por ciento del trigo, 80 por ciento arroz, entre el 40 y 50 por ciento de frijol, 30 por ciento de la leche en polvo. Importamos alrededor del 80 por ciento de las oleaginosas.
En México, son cultivables 30 millones de hectáreas según fuentes confiables. El 71 por ciento de la tierra es de temporal y el resto de riego… en las tierras de riego se encuentra el 55 por ciento de la producción agrícola pero también el 70 por ciento de nuestras exportaciones.
Lo que hemos tenido que gastar para comprar alimento no es poco si tomamos en cuenta que por ejemplo, en 20 años, entre 1994 y 2014 se estima que importamos alimentos por un total aproximado a los 250 mil millones de dólares, el crecimiento entre el primer año y el segundo comprendería un incremento en las compras de alimentos básicos de mil 300 por ciento.
Ahora bien… una cosa es la importación de alimentos y otra es que el dólar esté 24 por ciento más caro entre enero del 2015 y enero del 2016 lo que indudablemente, tarde o temprano representará presiones inflacionarias por más que ciertos alimentos estén mas baratos en el extranjero los tenemos que pagar más caros por la devaluación de la moneda.
Para incrementar la preocupación de este tema agrego solo dos puntos más, el 95 por ciento de los fertilizantes los importamos, según afirman reportes periodístico, y hay una pérdida de alimentos estimada en 35 por ciento por malos sistemas de acopio, almacenaje y distribución de estos alimentos.
