A pesar de las expectativas generadas, los países no pudieron sortear con éxito las diferencias planteadas en torno a los aspectos mencionados en la reunión celebrada en Maui (Hawaii) la semana pasada.
Sin embargo, el ministro de Comercio de Nueva Zelanda, Tim Groser, expresó que “la maleza se ha disipado en el transcurso de esta reunión de una manera que yo diría que se avanzó más que cualquiera de las otras reuniones ministeriales que hemos tenido”.
Por su parte, el ministro de Comercio de Australia, Andrew Robb, declaró que el problema recae en las “cuatro grandes economías de Estados Unidos, Canadá, Japón y México”. Según Robb, quien manifestó su decepción, el 98% del acuerdo está concluido.
Para los analistas el no haberse cerrado el acuerdo representa “un revés para el presidente estadounidense, Barack Obama, dada su postura de ver el pacto comercial como el brazo económico de pivote de su Gobierno hacia Asia”.
En ese sentido, las conversaciones habían sido anunciadas como la última oportunidad para llegar a un acuerdo que diera tiempo de ser aprobado por el Congreso de Estados Unidos este año, antes de que las elecciones presidenciales pudieran cambiar el curso de las negociaciones.
El TPP busca fusionar temas bilaterales de acceso al mercado de exportación en un solo estándar sobre asuntos que van desde los derechos de los trabajadores hasta la protección del medio ambiente y la solución de controversias entre los gobiernos y los inversionistas extranjeros, precisó Reuters.
Según trascendió, el resultado frustró a los negociadores que había trabajado toda la noche para saldar las diferencias pendientes.
