En un informe interinstitucional publicado el 12 de junio de 2012 se recomienda a los Gobiernos del G-20 que den muestras de “liderazgo en las negociaciones multilaterales para fortalecer las disciplinas internacionales en relación con las restricciones a la importación y exportación en todas sus formas, y con los programas de ayuda interna que distorsionan los incentivos a la producción”.
A principios de 2012 México, en su condición de Presidente del G-20, invitó a organizaciones internacionales a examinar medidas prácticas que se pudieran adoptar para mejorar la productividad agrícola de modo sostenible, en particular en las pequeñas explotaciones familiares. La elaboración de este informe, coordinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), es una iniciativa conjunta del Banco Mundial, Bioversity International, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el Consorcio de Centros Internacionales de Investigación Agrícola, el Equipo de Tareas de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Crisis Mundial de la Seguridad Alimentaria, la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias, la OCDE, la OMC y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.
En el informe, que fue una contribución clave en los debates del Grupo de Agricultura del G-20, se señala que: “la reducción sustancial de las medidas de ayuda interna que distorsionan el comercio y la producción, el aumento de las oportunidades de acceso a los mercados, la eliminación de las subvenciones a la exportación y el fortalecimiento de las disciplinas sobre las restricciones a la exportación mejorarán las condiciones para la inversión y el crecimiento de la productividad”.
En el informe se resalta también el papel fundamental que ha desempeñado el Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias de la OMC para contribuir a la reducción de las pérdidas de producción debidas a plagas y enfermedades, y la necesidad de apoyar la creación de capacidad en esta esfera, incluso mediante el Fondo para la Aplicación de Normas y el Fomento del Comercio.
