La aprobación del plan de austeridad del Gobierno griego fue saludada por la Unión Europea (UE), organismo que junto al Fondo Monetario Internacional (FMI) puso el severo ajuste como condición para desbloquear los 12.000 millones de euros correspondientes al último tramo de la ayuda de 110.000 millones que le fuera concedido el pasado año, con el fin de evitar la quiebra helena.
El resultado de la votación llevada a cabo el jueves en el Parlamento heleno “ha sido el segundo paso decisivo que Grecia necesitaba para regresar a una senda sostenible. En circunstancias difíciles, fue otro acto de responsabilidad nacional”, afirmaron en un comunicado conjunto José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, y Herman Van Rompuy, titular del Consejo Europeo.
Pese a las fuertes protestas populares que han tenido lugar en los dos últimos días en Atenas y otras ciudades griegas, paralizadas por una huelga general de 48 horas que ha dejado centenares de heridos y cuantiosos daños materiales, por la aprobación de las medidas, Barroso y Van Rompuy consideraron que de esta forma “se cumplen las condiciones” para desembolsar el dinero que evitaría a Grecia declarar un impago.
“Se cumplen las condiciones para tomar una decisión sobre el desembolso del próximo tramo de asistencia financiera para Grecia y un rápido progreso en el segundo paquete” de rescate que ha solicitado el Gobierno de Yorgos Papandréu, añade el comunicado, en el que se expresa también un “férreo e inquebrantable apoyo” al pueblo griego.
Barroso y Van Rompuy reiteran en el texto las presiones efectuadas en las últimas semanas a toda la clase política griega para que “trabaje unida en sacar el país adelante” y aseguran que un “duro trabajo queda aún por hacer”.
El sí del Parlamento heleno permitirá que la UE y el FMI avancen en la preparación de un segundo rescate para Grecia, que según Papandréu podría ser similar a la primera en su cuantía y para el que el Gobierno alemán cerró el jueves un acuerdo parecido al de Francia, que compromete a la banca privada a participar voluntariamente en el rescate.