El coordinador de la bancada perredista dijo que “cualquier medida que implementen las autoridades para prevenir y reducir el riesgo de accidentes provocados por los camiones de carga pesada en el tramo carretero Colima-Manzanillo, serán solo paliativas, ya que la probabilidad de estos aumenta por el flujo constante y cada vez mayor de estas unidades por la autopista; la ampliación a 6 u 8 carriles de Colima a Manzanillo y una mayor utilización del ferrocarril para el transporte de mercancías, se pueden y se deben tener como prioridad para la seguridad y desarrollo del estado” expresó.
Según Rodríguez García, no existe una planeación a pesar de que ya se tenían estrategias nacionales de desarrollo integradas por los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, cuando se designó a Manzanillo como “puerto principal del centro y occidente del país”.
Cuando se inauguraron los primeros 89.9 kilómetros de la autopista Colima-Manzanillo, Banobras, como concesionario para operar este tramo carretero por 30 años, hasta el 2017, no pensó en construir 6 u 8 carriles, en lugar de 4, o al menos, dejar el terreno listo para su construcción futura.
De poco también ayudó la privatización en 1997 de Ferrocarriles de México, no se modernizó ni amplió las rutas de ferrocarril existentes en los ochentas, como toda privatización que nunca ha servido para el desarrollo nacional, a la fecha con datos de la Administración Portuaria Integral (API) solo mueve el 16 por ciento del total de contenedores que entran por nuestro puerto, cuando deberían ser al menos hasta un 40 por ciento de los 2 millones de TEU’s”.
Francisco Rodríguez señala que el traslado por la entidad de las mercancías debido a su valor de miles de millones de dólares, que se importan o exportan por Manzanillo ameritan un impuesto mínimo para modernizar las vías de conexión del puerto hacia otras entidades, inversión que debería ser prioritaria del estado y del Gobierno Federal.
