Tras las alzas del dólar, los consumidores visten más ropa interior colombiana. Los cálculos de comerciantes indican que al año se venden en el país 250 millones de prendas interiores –femeninas y masculinas– con un crecimiento anual del 10 por ciento. (Ver infografía: Cifras de los mercados de lencería femenina y pantaloncillos en el país)
Por ejemplo, el 9,6 por ciento de las piezas (24 millones) se adquieren a través de Almacenes Éxito, y de paso se convierte en la categoría que mayor volumen de ventas anual genera al negocio de confecciones de este grupo comercial, con 50 por ciento.
La venta de ropa interior de origen nacional, como han sucedido con otros productos de consumo –dice el Centro Virtual de Negocios (CNV)– se ha favorecido por el alto precio del dólar.
Entre enero y agosto las importaciones disminuyeron 10 por ciento en relación con el mismo periodo del 2014, al sumar 9 millones de dólares.
“Este comportamiento es contrario al que se registró al cierre del 2014, cuando sumaron 16 millones de dólares, lo que fue un 6,7 por ciento más a la cifra que se presentó en el 2013, por 15 millones de dólares”, agrega el análisis de CVN.
El gerente general de la marca colombiana Ellipse Lingerie, Juan Camilo Espinal, dice que en el mercado interno de ropa íntima hay oportunidades de crecimiento porque el consumidor “está entendiendo más de moda y quiere conocer marcas y tendencias”.
A la par del aumento de participación en el mercado local, los productores nacionales buscan mejorar las exportaciones, ya que en los nueve primeros meses solo sumaron 50,2 millones de dólares, con una caída de 22,8 por ciento respecto al igual periodo del año pasado, cuando totalizó 65 millones de dólares, según indican estadísticas.
De acuerdo con información del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, con base en el Dane, en los nueve primeros meses se vendieron 43,5 millones de prendas interiores femeninas en 51 países.
Mientras que María Claudia Lacouture, presidenta de ProColombia, la institución que promueve las exportaciones no mineras, afirma que los fabricantes nacionales han acertado en adecuar los diseños y tallas al biotipo de las mujeres de distintos países. Es así como en Chile tienen una contextura más gruesa, al igual que en Alemania, y les venden las copas del brasier más grandes que en Colombia.
Según las estadísticas, entre enero y septiembre se exportaron 27,5 millones de dólares en sostenes, principalmente a Curaçao, Paraguay, Israel, Suiza y Sudáfrica.
La ropa interior masculina colombiana, con 6,7 millones de dólares, también es apetecida en el exterior y llega a 32 destinos, entre los que se cuentan EE. UU., Ecuador, Costa Rica y México.
Negocio brillante
Yeraldine Tovar, ejecutiva de ventas internacionales de la empresa de origen antioqueño Ëa Lingerie, afirma que una buena parte de la ropa interior femenina colombiana es adquirida en los mercados externos por el alto contenido de accesorios ‘premium’.
“El alto contenido de lujo, la variedad en talles, telas suaves y diseños exclusivos, eso es lo que más gusta; el diferencial son los accesorios de lujo en la ropa interior”, explica.
Mónica Orcioli, directora regional de la marca austriaca Swarovski, dijo que nuestro país se ha convertido en uno de los mayores consumidores de cristales para trajes de baño y ropa interior.
Yeraldine Tovar también estima que aún hay espacio para aumentar las ventas de ropa interior en el mercado colombiano. “La marca tiene interés en abrir nuevas boutiques, porque lo demanda y tenemos muchos clientes que nos piden más aperturas de locales”, agrega.
Por su parte, Carlos Mejía, director de ventas de Zonatex, dice que, además de la calidad y el diseño, se debe aprovechar la ventaja competitiva del dólar para retomar el camino de Colombia como país exportador de prendas de vestir.
