Para las pruebas de este tramo de vía, se utilizaron dos camiones híbridos diésel fabricados por Scania y adaptados especialmente por la división de mobility de Siemens, dirigida por el ingeniero Roland Edel, quien espera, que con la puesta en marcha de esta vía se reduzca el consumo de energía a la mitad y disminuya la contaminación del aire local.
Esta carretera está compuesta de líneas eléctricas suspendidas en el aire y alimentadas por una corriente de 750 voltios, que llega a los camiones por medio de pantógrafos ubicados sobre el techo de los mismos y que se conectan por encima del carril de la derecha de la vía, permitiéndole a los mismos enlazarse libremente y desconectarse de los alambres en la línea superior, mientras están en movimiento. Una vez que el vehículo sale del tramo experimental, pasa a funcionar como un automóvil normal con su motor de combustión o el motor eléctrico de baterías.
Cabe destacar que en las pruebas realizadas, los camiones que circularon en estas vías, no emitieron gases contaminantes, como normalmente ocurre con motores de combustión, siendo esto un buen indicador de los beneficios que aportará la expansión de este proyecto. Dentro de los próximos dos años de prueba a los que será sometido, se espera demostrar que el mismo es sostenible en el tiempo y totalmente funcional bajo un flujo de tráfico normal en vías convencionales.
Otro proyecto sostenible de esta naturaleza fue el que tuvo lugar en Holanda, donde se reemplazó al asfalto tradicional por uno hecho a partir de plásticos reciclados. Esperemos que ambos proyectos sean augurios de las carreteras del mañana, donde la funcionalidad y la sostenibilidad vayan de la mano.
