El año cafetero 2016-2017 finalizó con una producción mundial de 155.8 millones de sacos, 1.7 por ciento menos con respecto al año cafetero 2015/16, que comparado con un consumo mundial 156.9 millones de sacos representa un déficit global de 1.1 millones de sacos.
El informe sobre la producción de café a nivel mundial fue entregado en el Congreso Nacional de Cafeteros, que se realiza en esta ciudad del occidente de Colombia, en donde el gremio analiza las estrategias para el 2018.
La menor producción mundial “obedece principalmente a la intensa sequía a comienzos de año que afectó las regiones de café robusta en Brasil (en especial Espíritu Santo, responsable de 62 por ciento de la producción de robusta en ese país) y Vietnam”.
En Brasil, la producción de robusta disminuyó más de 30 por ciento, con 10 millones de sacos para el periodo 2016-2017 mientras que en Vietnam la caída fue de siete por ciento, al llegar a 26 millones de sacos, 2.0 millones menos que los reportados en 2015-2016.
La caída en el café robusta “fue compensada en parte por una mayor producción de arábicas desde Brasil, que creció tres por ciento al pasar de 40.6 millones de sacos en 2015/16 a 42 millones en 2016/17″
“Colombia, que creció cuatro por ciento para alcanzar 14.6 millones de sacos, y Honduras, que con 7.6 millones de sacos registró un crecimiento de 28 por ciento en su producción” Por su parte, los 156.9 millones de sacos de consumo mundial significa que la demanda creció 2.3 por ciento en el año cafetero 2016/-2017, de los cuales los países importadores demandaron el 70 por ciento (unos 110.3 millones de sacos), mientras que los países productores absorbieron el restante 30 por ciento, con 46.6 millones de sacos.
De acuerdo con las proyecciones de reconocidos analistas como LMC y Judith Ganes, para el periodo 2017-2018 se espera que la producción mundial crezca seis por ciento y alcance los 165.9 millones de sacos, de los cuales Brasil aportaría 58.4 millones y Vietnam 28 millones.
Colombia y Centroamérica mantengan crecimientos positivos de entre el uno y cinco por ciento Para el año cosecha 2017-2018 se espera “un aumento de 2.3 por ciento en el consumo de los países productores, impulsado por una mayor demanda en Brasil, Vietnam e Indonesia; y de 2.4 por ciento en los países importadores, jalonado por países no tradicionales pero con gran potencial como Irlanda, Pakistán y Argentina”, subrayó el informe.
Frente a estas previsiones de crecimiento del consumo y la producción es factible esperar que el precio externo del café se mantenga en niveles bajos, como los que se han registrado en los últimos meses de 2017, durante los primeros meses de 2018, mientras se cumplan las expectativas de clima y cosecha en Brasil y Vietnam, mayores determinantes del mercado.
De acuerdo con el informe las exportaciones mundiales mantuvieron una buena dinámica en el último año, al crecer 5.8 por ciento en el acumulado de 12 meses.
Según la Organización Internacional del Café (OIC), entre octubre de 2016 y agosto de 2017 las exportaciones fueron de 113 millones de sacos, de los cuales 63 por ciento corresponden a café arábico (71.7 millones de sacos), con un crecimiento de nueve por ciento respecto al mismo periodo del año anterior (provenientes principalmente de Centroamérica y Colombia).
El crecimiento más significativo se registró en Honduras, que pasó de exportar 4.9 millones de sacos en 2015-2016 a siete millones de sacos en 2016-2017, un aumento de 42 por ciento.
Las exportaciones de café robusta se mantuvieron estables sobre los 41 millones de sacos, a pesar de la menor producción de Vietnam y Brasil, por lo que el mercado tuvo que abastecerse con las existencias de países productores y los altos volúmenes de inventarios de los países importadores, que se ubican sobre los 25 millones de sacos.
Por tipo de café, en el periodo referido las exportaciones de arábigosde Brasil participaron con 29.2 por ciento del total de exportaciones mundiales, seguidas de otros suaves con 22.2 por ciento y de los suaves colombianos con 11.9 por ciento, mientras que los robustas alcanzaron una participación de 36.7 por ciento.
