La flota global está altamente demandada. Naves de todo tamaño, ya sea de graneles, contenedores y tanqueros están surcando los océanos conectando carga con los usuarios, cruzando las diferentes rutas comerciales. Sin embargo, “los eventos recientes han ensombrecido varias proyecciones de demanda (ya sea crecimiento porcentual global de PIB, índices de manufactura/compras, volúmenes de commodities) con masiva incertidumbre, junto con tarifas de fletes mostrando señales a la baja, es entendible que los dueños de naves se estén poniendo nerviosos“, lee el resumen anual de BRS Group Annual Review edición 2022, documento al cual MundoMaritimo tuvo acceso exclusivo.
En qué fijarse
Por lo tanto, en tiempos en que los factores externos juegan roles importantes en las disrupciones que pueden nublar las proyecciones de largo plazo, el BRS Group Annual Review nos recuerda que debemos mirar las figuras estables y las cifras que nacen de los elementos de largo plazo que son parte de la narrativa.
En este caso, son los astilleros. Ellos ofrecen mejor claridad de los prospectos de largo plazo y prestan menos atención a la volatilidad de corto plazo que va más allá del control de los actores individuales.
En consecuencia, al considerar esta información, sin importar el contexto actual, los dueños de buques pueden tomar decisiones mejor informados basado en hacia dónde y cómo quieren que sus negocios crezcan.
Esta visibilidad, además, permite evitar situaciones como el influjo de naves Capesize de 2007, que luego llevó a la caída del mercado de ese tamaño una vez que los nuevos buques entraron al negocio.
“Mientras que la carga Capesize experimentó un rejuvenecimiento en 2021, solo 110 nuevas órdenes fueron fabricadas ese año, muy lejos de las 495 de 2007 y las 275 de 2008. Ya en abril de 2022, las nuevas órdenes para este año son apenas 8 unidades, reflejando la alta demanda de los astilleros hasta 2024-25. Estos dos factores por sí solos, significan que a menos que experimentemos otro ‘cisne negro’ que diezme la demanda de mineral de hierro y carbón como en 2020, los niveles de carga Capesize no debieran sufrir drásticas caídas interanuales.
Mirando a las proyecciones de la flota Capesize (en dwt), el crecimiento de la capacidad de la flota anualizada desde 2022 a 2024 es de un modesto 2,17%.
Se proyecta que hacia finales de 2024 que las naves de más de 15 años conformarán 16,7% de la flota existente (contados)“, lee el reporte.
El renacimiento del Panamax
El tamaño Panamax estaba en retirada antes de la llegada del COVID-19 y sus disrupciones asociadas. Sin embargo, ahora que se necesita toda la capacidad disponible desplegada, el Panamax no solo es necesario, sino que sus cualidades lo han hecho atractivo, especialmente para los mercados de granos provenientes de Brasil y Estados Unidos, que los requieren para distancias más cortas y par entregas más rápidas.
“(…) por lo tanto, también explicaría por qué vimos una repentina alza en 171 nuevas órdenes en 2021. Si miramos las proyecciones de la flota Panamax (en dwt), la demanda de crecimiento de la flota anualizada entre 2022 y 2024 es de 2,74% entre todos los tamaños.
Se proyecta que hacia finales de 2024 que las naves de más de 15 años conformarán 30,1% de la flota existente (contados)“, agrega el documento.
Entonces, ¿cuál es la lección? ¿En qué hay que mantener el foco? Bueno, no perder el foco debiera ser el foco.
Perderse en las emergencias y contingencias diarias no permite una planificación adecuada.
Es fundamental analizar data, detectar tendencias y trazar una ruta de viaje de hacia dónde quieres ir y cómo quieres llegar ahí, aunque siempre considerando las posibilidades de disrupciones (ya que esas son comunes y siempre se debe estar preparado).
Los volúmenes de carga no se irán a ninguna parte, por lo tanto la tarea ahora es mantener el precario equilibrio entre la capacidad y la demanda perfectamente nivelado.
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