sábado, abril 27, 2024
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¿Quién pierde con el TLC? Analizando a Trump con datos abiertos

Una cosa que Donald Trump entiende muy bien es que muchas de las decisiones que tomamos no están basadas en la evidencia de los datos sino en percepciones, prejuicios y emociones.

Esto es relevante porque la distancia entre la realidad y la percepción a veces es enorme. Por ejemplo, dos de los cinco miedos más comunes en Estados Unidos están relacionados con atentados terroristas, sin embargo, en los últimos 10 años a partir del 9/11, el promedio de muertes por ataques terroristas en Estados Unidos es menor a 10.

En números redondos, es siete veces más probable morir en un accidente con la podadora de césped y setenta veces más probable al caerse de la cama o de las escaleras (2,3). Somos víctimas de esta paradoja al sentirnos nerviosos viajando en avión y tranquilos al viajar en coche, cuando las probabilidades de un accidente fatal están claramente invertidas (3).

Gracias a esta distancia entre realidad y percepción, Trump demostró que es posible ganar una campaña presidencial apelando a las emociones de sus electores. Pero para gobernar un país (o manejar un negocio) eventualmente hay que lidiar con las realidades objetivas, como el comercio internacional, en donde se ha señalado a México como el gran ganador en TLC.

Trump ha dicho reiteradamente “México nos está matando en el comercio”, señalado el déficit comercial de Estados Unidos con México de 60,000 millones de dólares (60 billones anglosajones) y ha usado este argumento para apuntalar su base electoral en las ciudades industriales del “rust belt”.

Esta retórica nos genera dos preguntas: ¿Es realmente es México el gran ganador del TLC? ¿Es tan malo el déficit comercial de Estados Unidos? En esta colaboración mostraremos una forma de abordar esas preguntas recurriendo a las bases de datos abiertas y métodos de análisis y visualización de datos.

Para contestar las preguntas, en primer lugar trataremos de ver los principales déficits de Estados Unidos contra otros países en una gráfica de barras que nos facilite su comparación.

El primer hecho que salta a la vista es que el déficit de Estados Unidos con China es de 366 billones (anglosajones) y se encuentra en un orden de magnitud distinto al del siguiente grupo de países: Alemania, Japón y México que se ubican entre 65 y 72 billones, y posteriormente otro grupo de menos de 36 billones.

Con esta visualización queda expuesta una paradoja: Si realmente el déficit comercial es tan malo para Estados Unidos los tratados que deberían de renegociarse con mucho más alta prioridad que el de México son los de China, Japón y Alemania. Con esto queda claro que las razones para hacer “bullying” a México son más políticas que económicas.

Existe un debate sobre si el déficit comercial es algo “negativo” per-se, para lo cual recomiendo leer el artículo de Lawrence en Harvard Business Review (4) y de Michael Pettis en Bloomberg (5). Sin embargo, en esta columna nos interesa desglosar este fenómeno empleando principalmente técnicas de análisis y visualización de datos.

En la ciencia de datos sabemos que un dato rara vez cuenta toda la historia, por lo tanto, es necesario explorar varios ángulos. La siguiente técnica importante que debemos hacer es el “drill-down” o desglose, en este caso de los déficits. Trataremos de contestar las preguntas: ¿Son iguales todos los déficits? ¿Cómo es la relación de Estados Unidos con sus principales socios?, ¿Seremos realmente la “oveja negra”?

En la siguiente visualización reducimos el número de países para facilitar la comparación, y ordenamos a los países por volumen total del comercio para aportar una nueva dimensión importante a la historia.

La primera observación evidente es que el comercio de Estados Unidos es deficitario con sus 5 principales socios comerciales, al parecer nuevamente no somos los únicos ni los peores.

No sólo eso, al visualizar la composición del déficit también podemos observar que el déficit de China tiene una forma muy distinta al de los socios del TLC: México y Canadá. En el caso de China existe un muy alto desbalance entre importaciones y exportaciones. A diferencia de los países del TLC donde hay un alto volumen de negocios con balance entre importación y exportación, China importa comparativamente muy poco de Estados Unidos. De hecho el déficit con China explica más de la mitad de todo el déficit comercial de Estados Unidos.

Aunque este déficit no necesariamente es malo, entendemos que México es el blanco de las políticas proteccionistas porque para los votantes de Trump es evidente que las fábricas trasladan operaciones de Estados Unidos a México, pero ¿realmente pueden ser salvados esos empleos?

En la tercera gráfica veremos cómo desde 1980 cada vez se han creado más empleos en Estados Unidos (área naranja), pero el sector de manufactura de Estados Unidos ha perdido peso relativo frente al resto de los sectores. En 1980 el 20.7% eran de manufactura frente a un 8.6% en 2016.

El libre comercio y la automatización son fuerzas poderosas que han permitido a Estados Unidos crear empleos constantemente desde 1980. La gráfica nos muestra que al optimizar sus operaciones productivas y comerciales, Estados Unidos ha contado con capital en exceso para crear más empleo en casa, si bien no necesariamente en las mismas ciudades y sectores donde se ha perdido.

En conclusión, con estos datos podemos al menos aseverar que Estados Unidos no ha sido un “perdedor” del libre comercio, ya que sus empresas han podido crear empleos de forma constante. El comercio entre México y Estados Unidos es un fenómeno complejo del que habrá mucho que hablar los próximos meses, sin embargo, hemos visto cómo es posible utilizar la visualización de datos públicos para formar una opinión más informada del tema, y un poco más basada en la realidad que en la mera percepción.

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Cortesía de Investing.com

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