viernes, mayo 17, 2024
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Recetas duras para salir de la crisis, cementeras

El hecho es que en este siglo XXI, puede decirse que el cemento es el semen que hace prosperar el crecimiento económico al mover no sólo a la construcción que históricamente ha sido “el termómetro de la economía”, sino a toda una sociedad que vive en un entorno dominado por los rascacielos, las carreteras, los puentes y los hogares.

Hoy, en México, la industria cementera está apenas saliendo de una dura crisis en la cual las acciones de Cemex (uno de los grandes orgullos empresariales mexicanos de fin de siglo) llegaron a valer lo mismo que un taco al pastor o una sopa Maruchan, pues en noviembre de 2008 se cotizaron en 9.25 pesos.

Sin embargo, ha sido difícil remontar la cuesta, pues las empresas mexicanas dedicadas a la producción de cemento terminaron el primer semestre del año con resultados positivos, pero aún muy por debajo de su potencial.

En casi todos los casos las empresas cementeras (¿o serán simienteras?) esperan que en nuestro país comiencen a fluir los recursos para la construcción de infraestructura, en tanto, a nivel internacional también tienen fe en que terminen las turbulencias financieras para empezar a construir un nuevo futuro.

La industria de la construcción en nuestro país es quizá la única que tiene de todo, como en botica. Lo mismo hay empresas globales de capital nacional como Cemex, que consorcios internacionales como Holcim-Apasco (ahora con la nueva fusión mundial de Holcim con Lafarge que construyó la empresa número uno del sector a nivel internacional), o compañías del sector social como la Cooperativa Cruz Azul.

Así como en el mundo, en todos los sectores, los capitales se unen para fortalecerse y en nuestro país la industria cementera se vigoriza con nuevos participantes (como Cementos Fortaleza, con dinero de Carlos Slim y Antonio del Valle) y presenta un relevo generacional con directivos que tienen pocos meses en cargos importantes.

Industria global con impacto local

El 14 de julio pasado, mientras el presidente Enrique Peña Nieto estaba en Francia para asistir a la conmemoración de un año más de la Revolución Francesa, cerca de los festejos, en la Bolsa de París, comenzaron a cotizar las acciones de la fusión de las empresas Lafarge (de Francia) y Holcim (de Suiza).

El consorcio que resultó de la alianza estratégica dio origen al líder mundial en la industria cementera. Ese día las acciones sólo subieron 0.70% en los mercados bursátiles de Francia y Suiza, lo que daba nacimiento a una empresa con valor de 18,250 millones de euros.

Un comunicado señalaba que la nueva organización “dispone de una estructura financiera sólida y creadora de valor para sus accionistas, sus clientes y el conjunto de las partes implicadas”, y detallaba que el consorcio Lafarge-Holcim tiene presencia en 90 países, mantiene una facturación de 27 mil millones de euros y da trabajo a más de 115 mil empleados en todo el mundo.

Su director general, Eric Olsen, dijo ese día que “la creación de Lafarge-Holcim, un grupo líder en el sector de los materiales de construcción, es una formidable oportunidad de construir una plataforma única de crecimiento con el objetivo de mayor creación de valor y sostenible”. Su valor de mercado se ubica en alrededor de 50 mil millones de dólares.

En el comunicado se daba cuenta de que a nivel mundial se ha registrado una “prolongada debilidad del negocio del cemento” en Europa y en otras partes del mundo, debido a “la desaceleración de la construcción a nivel global”.

Así como en todo el mundo la industria de la construcción ha enfrentado una desaceleración que suma ya casi 10 años, en México también las empresas cementeras resienten varios efectos globales y locales, como son los bajos precios internacionales, las escasas construcciones en los cinco continentes y, concretamente en nuestro país, el recorte del gasto en infraestructura que lleva ya más de dos años.

A pesar de todo, las empresas han remontado la crisis y se sienten fortalecidas para enfrentar al futuro con nuevos bríos y con nuevos productos que cada vez son más cotizados en México y en el extranjero y que son resultado de las investigaciones en tecnología que han desarrollado en años recientes.

La IP salva a las cementeras

Si en algo coinciden las empresas del sector cementero es en que gracias a la iniciativa privada y a la inversión en construcción, sobre todo de vivienda, han logrado remontar la difícil cuesta que les ha tocado pasar en los 10 años recientes.

De acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, la inversión en construcción prácticamente durante todo 2015, ha tenido un lento avance y se ha rezagado de los resultados positivos que ha mantenido la inversión en casi todos los rubros.

En junio, los recursos en construcción crecieron sólo 0.4%, luego que habían mantenido tasas descendentes. La construcción no residencial fue la principal causa de este comportamiento (casi negativo), pues tuvo una caída anual de 0.2%, lo que puede estar relacionado con el debilitamiento que mantiene la inversión en infraestructura.

Mientras tanto, el Índice de Confianza del Constructor (Icoco), que trimestralmente da a conocer BIMSA, señala en su último reporte que en términos generales la industria de la construcción, antaño uno de los principales termómetros de la economía, va de mal en peor.

En el segundo trimestre del año se ubicó en las 49 unidades, alejándose del umbral de los 50 puntos, “situación que confirma la incertidumbre económica que ya permeaba entre los empresarios del ramo en los primeros tres meses de 2015. El índice pasó de 49.8 en el primer trimestre a 49 unidades en el periodo abril-junio del presente año. Uno de los graves problemas que enfrenta la industria es el de la falta de transparencia en el proceso de asignación y licitación de obra, pues 21.4% de los constructores lo consideran un obstáculo para el sector”, dice el informe.

De hecho, si se analizan en detalle los informes de las principales cementeras mexicanas, puede deducirse que en todos los casos las exportaciones hacia Estados Unidos son las que más han crecido, mientras que las ventas en el interior del país permanecen estancadas.

Luego del tercer informe de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, las empresas cruzaron los dedos para que en los próximos meses se reactive la construcción y la industria cementera pueda comenzar a vivir un boom como el que tuvo a finales del siglo pasado. Aunque la realidad los desmiente, pues en materia de infraestructura no se prevén grandes obras luego del recorte presupuestal para 2016, que será de al menos 135 mil millones de pesos adicionales y afecta entidades como el Distrito Federal, que habían mantenido un crecimiento constante en materia de construcción de infraestructura.

México, por debajo de la media

De acuerdo con Daniel Dámazo Juárez, la situación de años recientes ha sido difícil, aunque para 2015 se espera que aumente 1.6% el consumo promedio per cápita de cemento en México.

Este consumo se ubica históricamente debajo de los 300 kilogramos por año, mientras que a nivel mundial es de 335 kg al año. Si bien para el año entrante se espera un aumento de 3.6%, es difícil que se logre alcanzar el promedio internacional.

Incluso si se analizan detenidamente los datos, se puede observar que en años recientes se ha presentado una reducción del consumo, pues en 2009 la cifra llegó a 321 kilogramos por habitantes, pero se redujo a sólo 276 en 2013 y subió ligeramente a 294 el año pasado. Este año se espera que nuevamente se ubique arriba de 300.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) hay en nuestro país un total de 24 mil 324 unidades económicas relacionadas con la industria del cemento, de las cuales la mayoría se dedica a la venta y distribución de productos para la industria de la construcción.

Sin embargo, según la Cámara Nacional del Cemento, esta industria genera 22 mil empleos directos, además de 110 mil indirectos, aporta más del 1% del Producto Interno Bruto, tiene un valor superior a los 13 mil millones de dólares y cuenta con una capacidad de producción de 51 millones de toneladas.

Un estudio de Óscar Javier García Garza y Julio César García, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, daba cuenta de que existe una alta concentración de la industria en sólo seis empresas: Cemex, Grupo Cementos de Chihuahua, Grupo Moctezuma, Holcim-Apasco, Cruz Azul y Lafarge, que suman en total 32 plantas.

Cabe señalar que esta última empresa fue adquirida por Carlos Slim hace algunos años para crear Cementos Fortaleza, una compañía prácticamente nueva que hace unos meses incursionó en la Bolsa Mexicana de Valores, con el nombre de Elementia y una larga historia de cambios en su corta vida.

Según diversos estudios, Cemex controla casi el 50% de la producción nacional, Holcim-Apasco 20%, Cruz Azul 17% y las demás se disputan el resto del mercado interno, incluyendo a la nueva empresa de Slim, que adquirió las plantas de la transnacional Lafarge.

70 años de esterilidad

Durante 70 años, la industria cementera se mantuvo casi estéril, pues no nació ninguna empresa del sector, hasta que hace dos años se creó Cementos Fortaleza. “A los demás competidores no les hace entrar en un pánico repentino, ya que la capacidad instalada de Fortaleza es de un millón de toneladas en un país donde existe una oferta de 37 millones”, dijo Antonio Taracena, director general de Cementos Fortaleza, cuando se anunció la empresa con una inversión de 300 millones de dólares.

La empresa nació con capital de Carlos Slim y Antonio del Valle Ruiz, en asociación con la francesa Lafarge a principios de 2013 y según sus proyecciones, se iba a encaminar hacia el sector de la autoconstrucción.

Hace unos meses se dio el banderazo de salida de las acciones de Elementia a la Bolsa Mexicana de Valores, después de que de esa empresa (siempre de la mano de Slim y Del Valle) adquirió Cementos Fortaleza, que ya había asumido las plantas de Lafarge en nuestro país.

Francisco Sánchez Kramer, director de relación con inversionistas de Elementia, declaró que hay mucho por hacer en el sector del cemento en México, pues “hay cerca de 28 millones de personas que no tienen vivienda propia y más de 120 millones que no tienen acceso al agua potable” y detrás de todos ellos está, precisamente, el cemento para hacer las obras que permitan hacer más vivienda y obras de infraestructura.

Si bien las condiciones en que nacieron Cementos Fortaleza y Elementia no son las idóneas para la industria cementera por los precios internacionales decaídos y el bajo consumo interno, la apuesta es a largo plazo, y como dicen los principales analistas, “Slim nunca da paso sin huarache”. Él mismo lo ha dicho: “Hay que comprar una acción barata y guardarla en el refrigerador hasta que suba de precio”.

Cemex, la semilla tecnológica.

En años recientes, más que sus reportes operativos de ventas y finanzas, lo que Cemex presume es la tecnología que ha creado. Lo mismo concursó a nivel internacional para una obra con las altas especificaciones en Alemania (y gana) que aporta su granito de materia para construir el edificio más alto de la República en Monterrey, una construcción que con 279.5 metros de altura, y 64 pisos de uso residencial y oficinas que se ha denominado KOI. El proyecto y el desarrollo son de Internacional de Inversiones (IDEI) y está diseñada por los despachos HOK y V&FO. Cemex contribuye con cerca de 80 mil metros cúbicos de concretos especiales.

De acuerdo con Fernando González Olivieri, director general de Cemex, las utilidades netas de la empresa se incrementaron en 50% en el segundo trimestre del año. Este resultado se debió a los mayores precios de los productos en moneda local en la mayoría de las operaciones.

Esta empresa, que ha sido uno de los orgullos de la globalización mexicana y opera en más de 50 países, con 43 mil empleados en todo el mundo, ha comenzado a mejorar sus números. Las ventas netas consolidadas alcanzaron los 3 mil 839 millones de dólares, un aumento de 5% en términos comparables para las operaciones existentes y ajustando por fluctuaciones cambiarias, respecto al periodo comparable de 2014.

Sin embargo, los resultados no son parejos, pues las ventas netas de sus operaciones en México disminuyeron 9% en el segundo trimestre para llegar a 745 millones de dólares, comparado con 816 millones de dólares del segundo trimestre 2014.

Pero sus operaciones en Estados Unidos reportaron ventas netas por 1,008 millones de dólares en el segundo trimestre de 2015, un incremento de 5% en relación con el mismo periodo de 2014. En el norte de Europa, las ventas disminuyeron 21%, a 904 millones de dólares comparado con 1,138 mdd en el segundo trimestre de 2014.

Esto da una idea de las dificultades en los mercados internacionales. Sin embargo, González Olivieri no se desanima y espera que gracias a los acuerdos concretados con acreedores y a una mejoría en México, los próximos meses serán mejores en nuestro país.

Industria en carrera de relevos

Tras el fallecimiento hace poco más de un año (en mayo de 2014) de Lorenzo Zambrano, presidente y creador de la globalización de Cemex, la industria cementera ha sufrido una serie de cambios generacionales que tienen que ver mucho con el futuro de ese sector.

En Cemex fue designado presidente Rogelio Zambrano y hubo cambios estructurales, aun cuando no se afectó la estructura familiar de la empresa que mantiene la posesión de apenas menos del 10% de esta empresa global, pues la mayor parte de los títulos se encuentran en las bolsas mundiales.

En Holcim Apasco fue designado Rodolfo Montero para dirigir las operaciones en México, en sustitución de Eduardo Kretschmer, quien se retiró de la empresa y, de acuerdo con los comunicados oficiales a las bolsas de valores, espera una recuperación de la industria en los próximos meses y años.

En Grupo Cementos de Chihuahua (GCC) fue designado director general Enrique Escalante Ochoa, quien sustituyó a Manuel Milán, ya jubilado. Previamente, Federico Terrazas Becerra había asumido la presidencia del Consejo en lugar de su padre, Federico Terrazas Torres. Esta empresa realiza el 70% de sus ventas a Estados Unidos y sólo el 30% lo efectúa en nuestro país. Por eso se ha dedicado a adquirir plantas en el vecino país del norte, si bien proyecta ampliar operaciones en Centro y Sudamérica, en países como Guatemala, Honduras, Perú, Colombia y quizá Brasil.

Grupo Cementos Moctezuma/Concretos Moctezuma, que se considera la tercera empresa más importante del sector en México, con más de 50 plantas, es una organización de clase mundial que cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores y también tiene un equipo relativamente nuevo, pues en 2009 fue designado Antonio Taracena como director general.

Quizás el personaje que más tiempo tiene en la industria es el director general de Cruz Azul, la única empresa cooperativa del sector cementero, Guillermo Álvarez Cuevas, quien además de dirigir a la compañía, es presidente de la Cámara Nacional del Cemento.

Él, a pesar de su silencio casi permanente como cementero, tiene ahora la encomienda de dirigir al sector. Cuenta con la difícil tarea de hacer que los ingredientes del cemento, hagan realidad la fertilidad del crecimiento económico de México.

Sin embargo, uno de los graves problemas que puede enfrentar en un futuro cercano la industria mexicana es la importación de cemento chino.

 

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