Aproximadamente 46% de las empresas que pertenece al Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce) de Querétaro, con registro en el padrón de importadores, ha logrado certificarse ante Hacienda para deducir el IVA (la mayoría son grandes compañías), informó Ricardo Zaldumbide Ceceña, presidente del organismo empresarial.
“En los sectores más importantes tenemos unas 750 empresas con registro al padrón de importadores en Querétaro y tuvimos alrededor de 300 empresas certificadas”, detalló.
Advirtió que la certificación de importadores, así como la reforma fiscal en términos generales, ha repercutido en la competitividad de las empresas, principalmente de las pequeñas y medianas, dado que no cuentan con la estructura administrativa para cubrir las disposiciones fiscales.
“A nivel de las pymes sí está siendo un problema grave de elevación de costos, de impotencia de poder, el estar de manera más o menos competitiva, dado que no tienen la capacidad administrativa o tienen que acudir a despachos externos para poder cubrir parte del registro de certificación, por ejemplo. Esto está inhibiendo la participación en esta cadena de valor, (porque) las grandes empresas no tienen problema debido a que tienen áreas operativas que pueden hacer los trámites, pero un pequeño o mediano empresario sí tiene problema”, destacó.
Ante esta situación, muchas de las firmas buscan la solución a través de la cadena de proveeduría, asumiendo el costo del impuesto, mientras algunas están todavía en el proceso de certificación, toda vez que las autoridades hacendarias dieron plazos muy definidos para poder realizar el procedimiento, agregó.
El presidente del Comce en el estado expuso, así, que los cambios fiscales que comenzaron a aplicarse desde el 2014 han incrementado los costos para las firmas.
“Nos afecta no tener deducibilidad. Otro punto importante es la certificación para la exención del IVA para los importadores, eso nos daba mucha competitividad”, confesó.
También reconoció que muchos de los proveedores no están totalmente alineados a las nuevas disposiciones, como la factura electrónica o la contabilidad electrónica, lo que impacta en toda la cadena de proveeduría.
