A diferencia de la recuperación de las exportaciones de productos, las ventas externas de servicios realizadas por México no han superado los niveles anteriores a la crisis financiera internacional del 2009.
Las exportaciones mexicanas de servicios sumaron 14,883 millones de dólares en el 2011, lo que representó una baja interanual de 0.4% y una caída de 19.5% frente a 2008, cuando se logró el récord.
Los servicios exportados comprenden cuatro modalidades que, en términos de ejemplos, abarcan el turismo realizado por extranjeros en México, las llamadas telefónicas internacionales, los bancos mexicanos que establecen filiales o sucursales en otro país y consultores mexicanos que trabajan en el exterior.
En la economía mexicana, los viajes dominaron, puesto que registraron 11,663 millones de dólares en el 2011, una participación de 78.4% del total de las exportaciones de servicios. Entre sus motivos están el turismo, los negocios, la salud, la educación y las compras.
La captación de divisas por los viajes bajó 0.8% frente al 2010 y 12.2% en comparación al 2008, cuando se alcanzó también el máximo histórico.
Las cifras no integran a las remesas. Según el Banco de México, los ingresos por este concepto ascendieron a 22,731 millones de dólares en el 2011, un incremento interanual de 6.8 por ciento.
“Exportar servicios es diferente de la exportación de mercancías. Quien ofrece un servicio, en verdad, está vendiendo una promesa”, destaca en una de sus guías ProChile, la agencia chilena promotora de las exportaciones.
Los servicios no están sujetos a aranceles y la negociación de su apertura entre países se hace con base en eliminar las medidas domésticas (leyes, normas o reglamentos) que discriminan a la competencia extranjera.
