Cuando se considera solamente la exportación de bienes, México es exitoso, y en especial cuando se trata de manufacturas, pero cuando se evalúa toda la actividad exportadora incluyendo servicios, los resultados ya no son tan alentadores.
De las 20 economías emergentes más grandes del mundo, el país está ubicado en el lugar 16 en tasa de crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios en la década 2001-2010, sólo superando a Nigeria, Indonesia, Sudáfrica y Filipinas.
Sin embargo, el país queda muy lejos del 18 por ciento de China; el 13 por ciento de India u 11 por ciento de Corea del Sur.
Incluso, entre las economías latinoamericanas, el país queda rebasado.
En este periodo, Brasil creció a una tasa anual de 6.7 por ciento, mientras que Perú lo hizo a 6 por ciento; y Colombia y Chile lo hicieron a 4 por ciento los dos.
Los datos están basados en las cuentas nacionales de cada país y valúan el crecimiento de las exportaciones en precios constantes.
“Esta década se caracterizó porque los precios de los commodities han crecido de manera espectacular y por lo tanto, las economías que exportan materias primas o sus derivados tuvieron un crecimiento importante”, explicó Osvaldo Rosales, director de la división de Comercio Internacional e Integración de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
En América del Sur, ejemplificó el experto, el crecimiento potencial que tuvieron las ventas al exterior estuvo directamente relacionado con este fenómeno, que se aprovechó tanto por el incremento de la demanda de minerales y metales, como del aumento de importaciones de productos alimenticios.
“Para México, que centra sus ventas en manufactura, las exportaciones fueron bastante menos brillantes porque no se vio beneficiado por el ‘boom’ de los commodities y porque la colocación de bienes duraderos no tuvo tanta aceptación”, precisó Rosales.
