miércoles, mayo 22, 2024
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Sector automotriz registra escenarios opuestos en Brasil y México

La industria automotriz brasileña sufrió una contracción tanto en la producción como en las ventas a causa del desplome en la demanda interna.

La economía brasileña entró en recesión en los últimos dos años, en un entorno de debilidad de la demanda global e incertidumbre en los mercados financieros internacionales.

En 2015, se produjeron 2,42 millones de vehículos en el país, lo que representó una caída de 22,8 por ciento, según estadísticas de la Asociación de Fabricantes de Vehículos Automotores de Brasil.

El año pasado se vendieron en el país sudamericano 2,57 millones de unidades, lo que reflejó una disminución de 26,55 por ciento.

El gobierno brasileño suspendió además la reducción de impuestos a la industria automotriz.

Alrededor del 50 por ciento de las empresas del ramo que operan en Brasil implementaron planes de restricción a la producción, incluidos los fabricantes chinos, además de despedir personal.

En el caso de México la situación fue distinta, donde la industria automotriz ha sostenido cierto dinamismo.

México produjo 3,99 millones de vehículos en 2015, es decir, tuvo un crecimiento de 5,6 por ciento respecto a 2014, según cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

Las exportaciones del país latinoamericano totalizaron 2,76 millones unidades, lo que reflejó un aumento de 4,4 por ciento.

De acuerdo con la AMIA, Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones de vehículos fabricados en México con 72,8 por ciento del total y un crecimiento de 6,3 por ciento respecto a 2014.

A su vez, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados de México, consideró que la industria automotriz se ha convertido en el primer generador de divisas del país, al dejar atrás incluso al sector petrolero.

La expansión de esta industria se refleja también en la Inversión Extranjera Directa (IED).

Entre 1999 y el segundo trimestre de 2015, el sector automotriz acumuló 39.319,3 millones de dólares, lo que representó 9,7 por ciento del total de la IED, según el CEFP.

El país latinoamericano ha convertido esta industria en una plataforma de exportación dependiente de países industrializados, la cual se basa en un modelo de trabajo intensivo y poco calificado para la exportación de manufacturas.

Las exportaciones mexicanas presentan ciertas ventajas para el sector como ubicación geográfica, mano de obra barata y múltiples tratados de libre comercio, entre otras.

La recuperación económica de Estados Unidos será también el motor del sector automotriz de México.

La economía mexicana experimenta al mismo tiempo un proceso de “maduración”, al pasar de ser un mero productor a convertirse en un país con sólida demanda interna.

El año pasado, se vendieron en el mercado interno 1,35 millones de unidades, lo que representó un crecimiento histórico de 19 por ciento.

En 2016, las condiciones del mercado interno también serán favorables, lo que beneficiará las ventas de automotores.

Entre estas condiciones está el mejoramiento del poder adquisitivo de la población, créditos más baratos y regulaciones gubernamentales sobre importaciones de vehículos usados.

Brasil y México representan a las dos economías más grandes de América Latina y son además los dos productores de automóviles más importantes en la región.

Su desempeño refleja, no obstante, modelos distintos de industrialización, aunque ambos países se basan en el fomento a las exportaciones.

Por su parte, la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), doctora María Antonieta Martin Granados, indicó que Brasil se sustenta en el fortalecimiento del mercado interno y la diversificación de sus exportaciones, sobre todo de materias primas.

Explicó que la economía brasileña logró un rápido crecimiento hace diez años, impulsado por la demanda en países emergentes, lo que contribuyó a un aumento de la clase media y estimuló la demanda interna.

Las perspectivas del mercado interno atrajeron entonces a muchos fabricantes internacionales de automóviles para invertir en Brasil.

La economía brasileña sufre en la actualidad una “estanflación” debido sobre todo a la caída en los precios de las materias primas en el mercado internacional.

El gobierno brasileño ha adoptado distintas medidas para hacer frente a la crisis, como apoyo financiero al sector automotriz y reducción de impuestos a las importaciones de autopartes, con la finalidad de estimular las exportaciones.

Se espera que la industria automotriz brasileña crezca nuevamente en 2017 como resultado de la recuperación de la economía de Brasil.

 

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