Luego de que en los cuatro primeros meses del año las exportaciones no petroleras perdieron impulso (su crecimiento anual pasó de 25.9% en enero a 9.0% en abril), en mayo recargaron baterías al registrar un sorpresivo incremento anual de 23.6%. El mayor dinamismo comprendió tanto a las ventas canalizadas a Estados Unidos como a las destinadas al resto del mundo: Mientras que las primeras aumentaron 23%, contra 6% de un mes antes, las segundas se elevaron 28%, contra 20% de abril.
Si bien este repunte no necesariamente es indicativo de una mayor fortaleza de la demanda externa (nuestro principal mercado reporta una desaceleración desde prácticamente principios de año), refleja el posicionamiento de las exportaciones mexicanas en sectores defensivos clave y condiciones ventajosas del país en materia de competitividad. Por otra parte, la menor dinámica hasta abril pudo obedecer a los fuertes crecimientos registrados en los meses anteriores (dificultad para mantener ese dinamismo).
No obstante los riesgos que se perciben en algunos renglones como seguridad y mercado laboral, en donde salimos mal evaluados de acuerdo con The Economist Intelligence Unit, se cuenta con condiciones como ubicación geográfica, huso horario, calidad y costos de la mano de obra, entre otros factores, además de un tipo de cambio competitivo respecto al de otras economías emergentes, que favorecen la inversión en proyectos orientados al sector externo. Tan así, que en el establecimiento de un negocio, México ocupa el lugar 35 en el mundo y primero en Latinoamérica (2011 Doing Business).
Al respecto, algunas cuestiones relacionadas con el sector externo resultan sobresalientes: de acuerdo con la empresa KPMG, México es uno de los países más competitivos en la manufactura de autopartes (uno de cada siete automóviles que circulan en Estados Unidos fue fabricado en México) y según Deloitte, la industria aeroespacial mexicana ocupa el primer lugar en inversiones en manufactura en el mundo. De igual manera, la participación de México en la producción de teléfonos celulares y televisores es sobresaliente (en los primeros somos el tercer productor mundial y en los segundos el mayor exportador del orbe).
Después de Canadá y China, México es el principal exportador a Estados Unidos y el que mayormente ha incrementado su participación dentro del total de las importaciones de ese país. Así, mientras que en diciembre de 2008 las exportaciones mexicanas representaron 8.9% de las compras norteamericanas, en abril de 2011 llegaron a 12.0 por ciento. Si se excluye petróleo, el porcentaje pasa de 8.9% a 10.4 por ciento. En ese mismo periodo, China aumentó su participación en 0.6 puntos porcentuales (de 16.0% a 16.6%), al tiempo en que Canadá la redujo en 1.3 puntos, de 16.0% a 14.7 por ciento.
Las exportaciones manufactureras representan entre 90% y 95% del total de las exportaciones no petroleras del país y dentro de las manufactureras, las de la industria automotriz alcanzan una participación cercana a 30 por ciento.
Otras actividades manufactureras distintas a la industria automotriz que reportan un dinamismo importante de sus exportaciones son: Productos minerometalúrgicos, alimentos, bebidas y tabaco, productos químicos y maquinaria para la industria, entre otras.
Una vez que termine esta fase de desaceleración de la economía norteamericana, lo que se espera para el segundo semestre (las expectativas de crecimiento del PIB de los analistas para el tercero y cuarto trimestres no disminuyeron), es previsible un continuado elevado crecimiento de las exportaciones mexicanas.
Las exportaciones han sido y se mantendrán como una importante fuente de crecimiento para la economía y el empleo del país.
