Según Reuters, el destino del embarque es una nueva muestra del precario estado de las finanzas de la estatal petrolera PDVSA, cuando los grandes bancos intentan reducir su exposición a Venezuela.
Algunas entidades financieras han cerrado cuentas ligadas a funcionarios cercanos al presidente Nicolás Maduro y se niegan a dar servicio de banco corresponsal para transacciones con Venezuela, mientras el Gobierno del presidente Donald Trump considera nuevas medidas.
El tanquero tipo Suezmax Karvounis cargado con crudo diluido venezolano está anclado en South West Pass, en la costa de Luisiana. La firma refinadora PBF Energy, que recibiría el cargamento, ha tratado de conseguir la carta de crédito que se requiere para que las partes autoricen la entrega, pero no ha podido lograrla.
El tanquero, que cargó en junio en el terminal caribeño de San Eustaquio donde PDVSA ha estado esperando por autorización para la entrega desde inicios de julio, según Reuters.
Los vendedores de crudo con frecuencia solicitan cartas de crédito a los compradores para garantizar el pago de cada cargamento unos 30 días después de la fecha de entrega. Estos documentos son emitidos por instituciones financieras.