El peor temor de los productores de aguacate se hizo realidad, luego de que la semana pasada el Senado de la República aprobó el Tratado de Libre Comercio con Perú, con lo podrá ingresar a este país el aguacate de este país, lo que equivaldría al ingreso de plagas, enfermedades y desplome en los precios por la sobreoferta. Exportaciones por mil millones de dólares y un millón de toneladas anuales están en riesgo.
El acuerdo comercial, según productores, pone en peligro no sólo la exportación del aguacate michoacano, el único del país que se exporta a Estados Unidos, debido a las plagas exóticas a las que estará expuesto el principal producto agrícola de exportación de la entidad, sino al fruto destinado al consumo nacional.
El ingreso de aguacate peruano, significará una amenaza para los productores que exportan y que representan el 40 por ciento de la producción del estado, pero también para el resto de las 134 mil hectáreas sembradas con aguacate, 60 por ciento de las cuales generan fruto para el mercado doméstico, las cuales cultivan pequeños productores y por ende los más desprotegidos.
Además del aguacate existen otros sectores sensibles que temen verse afectados con la apertura comercial tales como pesca, chile, ajo, plátano, cítricos, frijol, mango, papa, uva y lácteos.
Desde principios de este año diversos sectores y organizaciones se manifestaron en contra del Tratado de Libre Comercio con Perú, manifestaciones que arreciaron durante el fines de noviembre y principios de diciembre, por parte de los productores de aguacate de Michoacán, que finalmente fueron ignoradas por el secretario de Economía, Bruno Ferrari; el secretario de Agricultura, Francisco Mayorga, y el Senado de la República.
Sin embargo las cosas no paran ahí, ya que aún está en puerta el Tratado de Libre Comercio con Brasil.
La exportación
Tuvieron que pasar 81 años para que la Unión Americana comenzase a abrir su mercado al aguacate mexicano, más específicamente el michoacano, luego de que a principios del siglo pasado argumentaron la presencia de una plaga en el fruto, con lo cual vetaron este producto agrícola.
En 1997, los envíos del aguacate michoacano comenzaron con seis mil toneladas, pero antes de esto productores, exportadores y autoridades comenzaron a invertir millones de pesos para garantizar la sanidad del cultivo y poder lograr lo que han conseguido hasta ahora, que el aguacate de la entidad ingrese a todo el territorio estadounidense, durante todo el año.
Ahora, la apertura de México para el aguacate peruano, representa una amenaza que pone en riesgo a Michoacán el principal productor y exportador mundial de este fruto.
De acuerdo a los documentos en poder de esta corresponsal, los productores demandaron que el fruto del Perú no tuviera libre ingreso, pero las gestiones no tuvieron eco.
Se ensombrece el panorama
Negros son los augurios para los productores como lo expresó el subdelegado ante la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de Michoacán (APEAM), José Luis Rico Mendoza, quien a hablar sobre la inminente incursión de aguacate peruano dijo que “todo el trabajo que hemos realizado los productores por conservar la calidad del fruto y los esfuerzos fitosanitarios quedarían sin efecto”.
Mientras tanto, el representante del sector productor en San Juan Nuevo Parangaricutiro, Carlos Genel Valencia cuantificó el peligro: “Se pondría en riesgo los programas de exportación que tienen un valor superior a los mil millones de dólares, además de amenazar la totalidad de ese cultivo, consistente en 134 mil hectáreas que generan un millón de toneladas y que han colocado a México como líder mundial en la producción y exportación de aguacate”.
Por su parte el presidente de la Junta Local de Sanidad Vegetal de Tancítaro, el municipio que supera a Uruapan en cuanto a superficie cultivada con aguacate, Jorge Viveros Flores, alertó que “corremos el riesgo de saturar el mercado nacional lo cual desencadenaría un descenso en el precio y lógicamente en una disminución de los ingresos en toda la cadena agroalimentaria del aguacate”
Añadió que esta preocupación e inconformidad es “avalada por los cuatro mil productores y 20 mil 800 hectáreas afiliadas a nuestra junta, cuya producción representa el 23 por ciento del total del estado de Michoacán”.
Representantes de productores de aguacate de Tancítaro, Madero, Peribán, Turicato, Tingambato, Los Reyes, Taretan, Salvador Escalante, Ario de Rosales, San Juan Nuevo y Uruapan, advirtieron que el aguacate peruano entraría a México con un precio de consignación, lo que indudablemente desplomaría el control sobre el precio del producto y además equivale a un riesgo fitosanitario.
Esto último, debido a que se ha comprobado la presencia en las áreas de cultivo peruanas de la mosca del mediterráneo (Ceratitis capitata), el taladrador del tronco (Copturomimus persea), el gusano arrollador de la hoja (Platynota spp), diversas escamas (Acutaspis albopicta, Coccus viridis, Ferrisia malvastra y Pseudaonidia trilobitiformis) y el Viroide Tubérculo Fusiforme de la Papa (PSTVd).
Estas plagas pueden afectar el fruto fresco y utilizarlo como vía de introducción a México. Adicionalmente su biología, hábitos y amplitud del rango de hospederos potencian el riesgo de introducción y las probabilidades de establecimiento en territorio nacional.
Los productores alertan que la inspección en puertos es insuficiente para evitar la introducción de estas plagas y los tratamientos cuarentenarios existentes no son eficientes para eliminar o inhabilitar a la plaga.
Sólo en 2007 México destinó más de 30 millones de pesos a través del Comité Estatal de Sanidad Vegetal para la operación de las campañas fitosanitarias, y ante el ingreso de aguacate de Perú y Brasil, las inversiones aplicadas serían inútiles, “pues la amenaza de contaminación es muy grande”.
En su oportunidad, el presidente del Comité Nacional del Sistema Producto Aguacate (Conasipro), Alejandro Álvarez del Toro, demandó un “análisis de riesgo de acuerdo a las normas internacionales para medidas fitosanitarias y los principios de cuarentena fitosanitaria en relación con el comercio internacional, para evaluar los riesgos reales de contingencias fitosanitarias en la zona aguacatera de México”.
Subrayó que “los requerimientos para la importación de aguacate peruano hacia México, deben ser homologados con los requerimientos acordados con los diferentes países con los que México ha suscrito convenios comerciales para la movilización de aguacate mexicano. Lo contario es arriesgar el estatus fitosanitario actualmente alcanzado”.
