El Acuerdo de Asociación Económica Transpacífico (TPP) abre una oportunidad a las pequeñas y medianas empresas para que impulsen un modelo de crecimiento basado en la transparencia y competitividad a nivel global.
Esto luego de que no fueron incluidas en el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), debido a que había un México distinto al de ahora y se requerían una serie de reformas legales para incluir a las Pymes en estos acuerdos comerciales internacionales.
El socio en Prácticas de Asuntos Gubernamentales de la consultora Jones Day México, Luis Rubio, y quien fuera parte del equipo negociador del TLCAN, recordó que en su momento el acuerdo con América del Norte llegaba a un México muy distinto, pues se tenía una economía cerrada, sin legislación internacional y con un mercado proteccionista.
Por lo que, dijo, se tuvo que modificar las leyes de protección intelectual, de competencia económica, de inversiones extranjeras, se abrieron las aduanas, se conformaron aranceles preferentes y se determinaron reglas de origen.
“El TPP si bien toma principios del TLC, los viene a actualizar y a fortalecer, por ejemplo en materia de comercio electrónico, en propiedad intelectual, medicina genérica, desarrollo e investigación, así como transacciones financieras y apertura a un mayor número de mercados”, comentó el especialsita.
Precisó que si bien el TPP habré el comercio en la parte arancelaria, en materia de empresas de menor tamaño impone a los países miembros obligaciones de un trato mínimo y de transparencia para las empresas.
“Con el TLCAN se peleaba que competían con países que no les exigía el cumplimiento de las leyes establecidas, lo cual ocasionaba una competencia desleal, en materia laboral y ambiental.
“El TPP viene a imponer obligaciones para las empresas productivas y disposiciones para las pymes, en donde los gobiernos de las partes tienen que hacer más fácil los trámites, otorgar transparencia en los procedimientos, simplificar los procesos y evitar la corrupción”, explicó.
De esta manera, señaló Rubio, el TPP recoge los principios de derecho internacional y los actualiza bajo una plataforma más completa.
Mencionó que el acuerdo adopta el principio del TLC para que no se haga más restrictiva la legislación y agrega una cláusula para que los gobiernos promuevan la competencia de las pymes.
“Los gobiernos no pueden modificar legislación existente para hacerla más restrictiva, es un principio que se recoge del TLC, y por otro lado, incorpora una actuación proactivamente para tener legislación que promueva la competencia de las pymes”, sostuvo.
De esta forma, el TPP acuerda impulsar un modelo de crecimiento en la cadena de valor del papel que juegan las Pymes; para ello, se acordó dar el mismo valor a los productos físicos como a los servicios y comercio electrónico.
A través de estos canales, las Pymes podrán integrarse a la cadena comercial a través del comercio electrónico, colocando en los mercados no sólo sus productos materiales sino “su talento en el servicio y creatividad en bienes intangibles”.
En opinión de Rubio los sectores mejor preparados para la entrada al nuevo modelo económico son los manufactureros de bienes de exportación así como la aeroindustrial.
Por su parte, considera que el agrícola es el más vulnerable, pero no es particular de México, por augura que los países van a seguir manteniendo reservas en estos productos, e incluso imponer cuotas o salvaguardas si se observa una afectación tras la entrada en vigor.
