sábado, abril 27, 2024
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Ya se ve luz en los mercados emergentes





Pero nada es para siempre, y mucho menos en el mundo de la inversión. Ha bastado una cierta, aunque veremos por cuanto tiempo, estabilización del yuan y la ausencia de noticias negativas en torno a China para que los profesionales de la inversión hayan rescatado para sus carteras a los países emergentes.

Se ve en los flujos de fondos tanto de bolsa emergente como de renta fija, ya que según los datos de Morningstar solo las categorías generales de fondos emergentes -no se incluyen los que invierten específicamente en un país ni los monetarios- cerraron el mes de febrero con entradas netas de dinero por valor de 900 millones de dólares, la cifra más alta desde abril de 2014.

No en vano, el rechazo de meses anteriores hacia este tipo de activos está mudando poco a poco hacia una aceptación aunque con condiciones, y eso explica que los gestores que infraponderen renta variable emergente en cartera hayan caído hasta el 8%, la mejor cifra en los últimos once meses, según la encuesta a gestores de Bank of America Merrill Lynch. Incluso la propia BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo ha afirmado esta semana que “nos encontramos en un momento óptimo para los activos emergentes”. Ante estos datos, quizá más de un inversor de a pie se pregunte si ya ha pasado lo peor en los mercados emergentes y, sobre todo, si es ahora un buen momento para entrar.

Para contestar a la primera pregunta se necesitaría una bola de cristal, así que mejor pasar a la segunda: sí puede ser un buen momento si a) se tiene una visión a muy largo plazo y b) se está dispuesto a asumir una gran volatilidad. Pero esa visión tan largoplacista no es la que tienen todos los que han recuperado este mercado para sus carteras, lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿por qué se ha vuelto a mercados emergentes?

“Se trata de un tema de valoraciones, ya que los fundamentales no han cambiado tanto”, apunta Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis. Esas valoraciones de las que habla este experto explican por qué mientras que el MSCI Emerging Markets se anota un 6 por ciento de rentabilidad en lo que va de año, el MSCI World tan solo consigue anotarse una rentabilidad del 0.46%. Además, según apunta el gran gurú de emergentes Mark Mobius, “muchos inversores han infraponderado en sus carteras a los mercados emergentes y eso es muy arriesgado teniendo en cuenta que los mercados emergentes están infravalorados con respecto a los desarrollados tanto en términos de PER como en precio valor en libros”.

De hecho, según los datos de Bloomberg, el PER del índice emergente cotiza a 12.45 veces beneficios, mientras que el MSCI World lo hace a 16.43 veces beneficio. En cuanto al precio valor en libros, desde Amundi apuntan a que cotizan a 1.42 veces su valor en libros, lo que “es un nivel comparable al de marzo de 2009 y marzo de 2003”. Y en ambos casos el índice repuntó el año siguiente un 99 y 70%, respectivamente.

Que las valoraciones de estos mercados vuelven a ser atractivas es un hecho y de ahí el renovado interés de los inversores hacia estos mercados, pero la duda es si estas buenas valoraciones son suficientes como para volver a incluirles en la cartera y, sobre todo, para hacerlo en este momento. Y aquí conviene analizar dos tipos de factores: los exógenos y los internos, o lo que es lo mismo, los que vienen de fuera de la naturaleza emergente y los que responden a sus propios fundamentales.

Los factores que no dependen de ellos

Con respecto a los primeros, Axa IM identifica cuatro grandes catalizadores que han ayudado a que los emergentes recuperen parte del brillo perdido. El primero, la decisión de la Fed de no realizar grandes cambios en su política monetaria, lo que “ha hecho posible que las divisas emergentes redujeran sus pérdidas con respecto al dólar”. De hecho, desde que la Fed cambió su discurso hacia uno más dovish en el mes de febrero el dólar cae frente a todas las divisas emergentes. Un efecto directo del cambio en su discurso monetario ya que mientras que en diciembre del año pasado, cuando subieron tipos por primera vez desde 2008, se esperaban cuatro subidas de tipos de interés durante este año, ahora los más optimistas esperan sólo dos más y el consenso de mercado descuenta sólo una nueva subida en el mes de junio.

El segundo es el repunte que han experimentado las materias primas que han permitido que, incluso sin que la OPEP haya llegado a un acuerdo para congelar la producción, el petróleo consiga rentabilidades de dos dígitos en 2016. “Si las materias primas repuntan, los emergentes sí podrían recuperarse”, afirma Alvargonzález.

El tercero es que el contexto político en estos mercados está mejorando en las últimas semanas, sobre todo teniendo en cuenta que la salida del Gobierno de Dilma Rousseff avanza a marchas forzadas tras la votación en el congreso brasileño hace un par de semanas de su destitución, propuesta que tuvo una gran mayoría parlamentaria y que se celebró en Brasil como una victoria de un Mundial de Fútbol. Y cuarto, y quizá uno de los más importantes, la necesidad de los inversores occidentales de buscar rentabilidades atractivas fuera de sus fronteras en un contexto de tipos de interés al 0% en la mayoría de los países de Occidente. Y no solo en bolsa, sino sobre todo en renta fija ya que de hecho, según datos de Morningstar, el 77% de todas las entradas de dinero en febrero en emergentes han ido a fondos de renta fija.

Pero además de estos factores exógenos a los emergentes, hay dos elementos que desde Amundi también defienden que se deben cumplir de cara a que, como apuntan, “los emergentes se comporten como la sorpresa positiva de 2016”, y estos son la estabilización del yuan -no hay que olvidar que las dos grandes crisis del mercado en el último año han estado ligadas a la decisión de las autoridades chinas de devaluar la divisa- y la estabilización del crecimiento económico de China que, como recuerdan desde ETF Securities, pesa el 39% en el índice MSCI Emerging Markets, lo mismo que EU en el MSCI World.

¿Se recuperan los emergentes?

Los factores externos son favorables para los mercados, pero para justificar la inversión en estos mercados se necesita más. “Las valoraciones parecen atractivas y los inversores llevan un tiempo esperando una oportunidad para entrar de nuevo en este segmento. No obstante, los fundamentales que respaldan estos atractivos parecen ser débiles”, afirman desde Schroders. Una idea que también defiende Sergio Míguez, director de relaciones institucionales de EFPA, cuando afirma que “la inversión en emergentes puede tener un interés táctico, pero a largo plazo el paradigma es más complicado porque hay que tener cuidado con el impacto de los flujos”.

Y es que no hay que olvidar que China se encuentra inmersa en un cambio de modelo productivo en el que pretende pasar de un modelo centrado en la exportación a otro basado en el consumo interno y eso no se consigue en dos días, ni en dos años. De ahí que sus crecimientos del 10% vistos en los últimos años estén dejando paso a otros más cercanos al 7% como con el que cerró en 2015 y como el que espera conseguir en 2016.

Hasta que ese cambio de modelo se implemente y cotice en mercado, lo que guiará el crecimiento chino seguirá siendo el dato de exportaciones. “Creemos que los datos de PMI manufactureros serán críticos”, apuntan desde Bank of America Merrill Lynch. A este respecto, las últimas noticias que han llegado desde esta vía son positivas, ya que en marzo las exportaciones chinas se dispararon un 18.7%, el mejor dato de los últimos trece meses, y las reservas de divisas del gigante asiático aumentaron hasta 3.21 billones de dólares, lo que supone el primer incremento tras cuatro meses de caídas, según cifras del Banco Popular de China.

Y este aumento de reservas no es exclusivo de China ya que, según apuntan desde NN Investment Partners “en total, las reservas de mercados emergentes han aumentado en marzo hasta los 55 billones de dólares, la primera cifra positiva desde abril del año pasado”. Además, se prevé que si se mantiene el favorable clima exterior -dólar a la baja, materias primas al alza y reducción de incertidumbre política en los mercados emergentes-, estas no sean las últimas sorpresas positivas que puedan dar los mercados emergentes. De hecho, así lo apunta el índice de sorpresas económicas de emergentes que recoge Citi, que vuelve a estar en positivo tras tres meses en niveles negativos. Todo lo contrario recoge el mismo índice, pero sobre las mayores economías desarrolladas .


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