El mercado mexicano, el segundo más grande de Latinoamérica con cerca de 112 millones de habitantes, es hoy un destino obligado pero aún por aprovechar por los exportadores colombianos de prendas de vestir.
Según Proexport Colombia, sus dimensiones y características así lo indican. Primero, México se caracteriza por ser un gran consumidor e importador de estos productos, ya que en 2011 las compras ascendieron a 13.044 millones de dólares, siendo Estados Unidos (47.5%) y China (13.3%) los principales proveedores. Ese año, Colombia se ubicó en el puesto 14 como proveedor y el segundo en Latinoamérica, después de Brasil.
Por otro lado, las exportaciones colombianas de prendas de vestir a ese país van en aumento. De acuerdo con información del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, basada en cifras del Dane, en 2011 llegaron a los 131,7 millones de dólares, registrando un crecimiento del 12.4% con respecto a 2010, cuando el total fue de 117,1 millones dólares.
Si bien se registró una variación positiva entre cada año, las exportaciones colombianas tienen aún mucho espacio para crecer si se tienen en cuenta lo que México compró durante 2011.
Proexport Colombia ha identificado oportunidades de negocios puntuales para cumplir con ese objetivo. Por ejemplo, ha encontrado potenciales compradores que buscan proveeduría en jeans, ropa de hogar y uniformes.
En cuanto a la venta de marca, la entidad de promoción encontró que los productos potenciales son los trajes de baño y ropa infantil, así como la deportiva e interior. También hay posibilidades para hacer negocios con joyería y bisutería, manufacturas en cuero y calzado.
El análisis de Proexport identificó que los compradores mexicanos valoran los productos con valor agregado y que buscan colecciones que contengan telas de mayor gramaje, colores oscuros como tierra, beige, café, verde olivo y negros.
Hay otros dos aspectos claves que permiten afirman que México es un mercado importante para crecer en exportaciones.
El primer incentivo es el Tratado de Libre Comercio (TLC) del G2, en vigencia desde 1995, el cual estableció que si los empresarios cumplen con las normas de origen los productos de prendas de vestir obtienen un beneficio arancelario del 0 por ciento.
Y la distancia entre los dos países y el acceso por el océano Pacífico y Atlántico también son factores favorables, ya que se facilitan los tiempos de entrega y los costos en fletes (entre Cartagena y Veracruz el tiempo de tránsito es de cinco días por vía marítima, y de cuatro horas y 40 minutos por vía aérea).
