La exportación de artesanía guanajuatense generó 9 millones de dólares al corte de agosto de 2018, Polonia, Sudáfrica y Australia son parte de los países destino de estos objetos, así lo reportan las estadísticas de la Coordinadora de Fomento al Comercio Exterior (Cofoce).
Durante este periodo el volumen de ventas representó sólo el 77% de la cifra alcanzada al cierre del año 2017, cuando se reportaron 11 millones de dólares en ganancias.
Este año, 13 municipios colaboraron en las exportaciones, siendo Dolores Hidalgo el municipio que tuvo la mayor participación con el 70% del total, esto es, 6 millones 386 mil dólares.
¿Hasta dónde llegan?
En total 21 países adquirieron artesanía de nuestro Estado, Estados Unidos, Canadá e Irlanda son los principales compradores, a estos se suman Suiza y China.
La artesanía se ubica en el lugar 20 dentro de la clasificación de exportaciones del estado, el volumen de ventas casi iguala al de la industria sombrerera y aeronáutica.
Los productos más enviados fuera de México son las piezas de cerámica, seguido de artículos de vidrio para servicio de mesa.
El sol como inspiración
De niño Felipe Avendaño Vargas entró a trabajar a un taller de metalistería, ahí aprendió el oficio.
Él fue el único de su familia que se dedicó a la artesanía, desde hace 15 años ha elaborado marcos, caleidoscopios y soles hechos de latón y alpaca.
La especialidad del artesano es la elaboración de figuras con forma de sol, que se van armando con picos que forman desde 28 hasta 36 rayos, estas siluetas pueden medir hasta dos metros.
Un oficio complicado
Avendaño trabaja solo, su producción depende de la dificultad del objeto, lo más complicado es hacer los moldes.
La comercialización de sus obras la realiza de manera local en el mercado, aunque algunas de sus creaciones han también sido comercializadas fuera de México.
Llega hasta el Vaticano
Las artesanías realizadas en el taller de la familia De Anda han llegado al Vaticano, además sus espejos decoran espacios en Roma, Italia y Francia.
El taller de Ubaldo de Anda es uno de los más tradicionales de San Miguel de Allende, así lo define Alejandro de Anda, hermano del propietario del taller Arte y Diseño San Miguel.
La experiencia abarca tres generaciones que suman 20 años, Alejandro detalló que en la primera generación se especializaron en lámparas de latón y hoja de lata. Los sucesores integraron cobre con lámina; actualmente mezclan estas diversas técnicas.
Marca Guanajuato
Los De Anda cuentan con un catálogo de 1,500 modelos en materiales de cobre, latón, alpaca y talavera. Los productos mezclan diferentes conceptos que van desde lo neoclásico hasta el contemporáneo, modernista y clásico.
En el taller colaboran pocas personas, su experiencia las hace productivas considerando que constantemente renuevan modelos, precisó Alejandro. A golpe de martillo las figuras toman su forma, los dibujos se elaboran trazo a trazo, el diseño puede demorar una semana en realizarse.
Sus creaciones incluyen espejos, lámparas, faroles, marcos y estrellas todas elaboradas a mano, la compañía cuenta con la Marca Guanajuato.
Todo desde su memoria
Antes de montar un taller, Silvano Cerritos Lunainició cortando pedacitos de latón y alpaca. “Me invitó un amigo como aprendiz hace 50 años”, en ese entonces tenía 18 años, recordó.
Silvano tiene un local en el Mercado de Artesanías, donde vende sus creaciones, parte de su mercancía se manda a Estados Unidos, en específico al estado de Arizona.
En su taller, instalado en la calle Los Órganos en San Miguel de Allende, colaboran dos personas.
Un trabajo laborioso
“Hubo una época de mucho auge, no nos dábamos abasto todos los talleres teníamos hasta 30 personas trabajando”, señaló el artesano. Sin embargo, actualmente quedan pocos talleres.
Del negocio de Silvano salieron muchos trabajadores a instalar el suyo, no obstante eso no representa un obstáculo: “Los viejos tenemos la ventaja que sabemos hacer de todo”. De memoria puede replicar más de cien modelos.
Actualmente pueden elaborar dos piezas por día, esto depende de la laboriosidad de la pieza.
Oficio familiar
“Este trabajo me dio en su tiempo para todo, enseñé a dos de mis sobrinos, uno de ellos prefirió la medicina”.
El artesano dijo que eligió esta profesión por gusto, aunque ganaba más como bolero, en cuatro horas ganaba lo que en el taller obtenía en una semana.
