El escaso éxito de las navieras en su búsqueda por incrementar las tarifas de fletes en el mercado spot en septiembre es menos preocupante de lo que parece. Esto porque la tendencia muestra que han logrado dominar en parte la volatilidad, según un reporte de Drewry.
El Índice Mundial de Contenedores de Drewry (WCI), que observa las tarifas semanales de fletes de transporte marítimo contenrizado en ocho de las principales rutas desde y hacia los Estados Unidos, Europa y Asia, ha disminuido en cada una durante las últimas seis semanas. Durante ese período, el índice ha marcado alrededor de US$190, justo por encima de la cifra anotada a principios de agosto.
¿Las navieras deberían estar preocupadas por esta tendencia? ¿significa esto que la recuperación de la industria está a punto de surgir?
Superficialmente, las características del mercado spot de este año no han sido diferentes de los años anteriores. Los recortes de tarifas semanales son comunes; el WCI ha caído en 29 de 37 semanas este año, proporción comparable a la de otros años. Al igual que en el pasado, la tendencia ha sido que la erosión semanal es contrarrestada por el Aumento General de Tarifas (GRI) al inicio de un mes determinado.
La diferencia este año es que la inflación del GRI ha sido menor- promediando US$120/FEU frente a US$160/FEU en 2016- sin embargo, las disminuciones semanales han sido mucho más superficiales. En 2016 el WCI cayó en 31 de 52 semanas a un promedio de US$82/FEU; hasta el momento, en 2017, el índice semanal promedio ha sido de US$43/40FEU.
En esencia, las navieras han experimentado menos alzas, pero igualmente menor cantidad de mínimas alarmantes durante este año. La curva descendente de 2017 es mucho más suave que en los dos años anteriores. Producto de esta mayor tranquilidad es que las tarifas de fletes en algunas de las principales rutas Oriente-Occidente han aumentado hasta un 50% desde principios de año hasta la fecha.
Las navieras se han acostumbrado a las caídas semanales, por lo que siempre han requerido de GRI mensuales para dar vida a las tarifas y evitar un colapso prolongado. Una baja en septiembre no es obviamente lo que querían, sobre todo después de que en junio tampoco se consiguió ningún repunte. Pero se debe aclarar que no es raro que los GRI pasen sin éxito y que el patrón se restablezca rápidamente. Por ejemplo, las navieras tuvieron éxito con la mayoría de los GRI en 2016, incluyendo septiembre, pero ese efecto se perdió en octubre para obtener nuevamente un repunte en noviembre.
En cualquier caso, la importancia de los GRI y su exitosa adopción es exagerada. En realidad, los GRI siempre han sido una manera bastante subjetiva para elevar las tarifas (en general sólo de forma temporal) sin mucha base en una economía real de oferta y la demanda.
En un entorno más rentable y estable no será un desastre para las navieras si el patrón semanal no se reafirma y los futuros GRI obtienen un éxito limitado (o incluso ninguno), simplemente porque habrá menos necesidad de ellos. En este escenario, será más gratificante medir cuánto tiempo las tarifas han sido rentables, antes que si un GRI en particular ha sido exitoso o no.
Usando este criterio como medida de la salud de la industria, las navieras estarían obteniendo ganancias inmediatas. Las tarifas de los han sido rentables durante la mayor parte del año y son significativamente más altas en promedio que el año pasado, apoyadas por una sólida dinámica de oferta y demanda.
Además, parte de la extrema volatilidad que ha afectado a la industria en el pasado ha sido dominada. Después de cinco años de oscilaciones salvajes de precios, el intercambio comercial de Asia a Europa del Norte ha sido un mar con relativa calma hasta ahora durante 2017.
El subíndice WCI en la ruta Shanghái-Róterdam muestra que las tasas acumuladas en 2017 han aumentado un 51% en promedio respecto del mismo período del año pasado; manteniéndose una distribución rentable y mucho más estrecha de US$1.500/FEU a US$2.200/FEU. En suma, eliminar parte de la imprevisibilidad de las tarifas es una noticia bienvenida tanto para los transportistas como para los dueños de la carga.