España y Chile han pasado por serias dificultades económicas en los últimos años. Este país atraviesa por un escenario de desaceleración hace por lo menos tres años, y la nación ibérica todavía no se recupera del fuerte desempleo y las deudas de los sectores público y privado. Pese a ello, los capitales provenientes desde la península siguen confiando en Chile más que en otros países latinoamericanos.
Según datos del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex), Chile fue el destino más atractivo de la región para las inversiones españolas en 2015, que sumaron US$ 2.382 millones, y captaron el 29% del total de capitales hispanos que se invirtieron en América Latina. Entre los sectores que más optaron por Chile destaca el sector energético, con un 63,80% de las inversiones realizadas. En específico, los proyectos vinculados a la generación de energía eólica y solar han concentrado parte importante del capital español.
Según el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, “España es el tercer país inversionista en Chile, con flujos cercanos a los US$ 12 mil millones ingresados entre 2009 y 2014, lo que equivale a casi un 10% de la inversión total”. Agrega que existe mucho interés de los inversionistas hispanos por seguir haciendo negocios en Chile, ya que “han encontrado -y seguirán encontrando- condiciones favorables para sus negocios”. Explica que “desde enero hasta hoy, InvestChile ha atendido a 26 compañías españolas con interés en las oportunidades que ofrece nuestro país”.
Plataforma regional
En el país operan cerca de 400 empresas españolas, entre grandes corporaciones y pequeñas empresas. Para el presidente de la Cámara Oficial Española de Comercio de Chile, José María Castillero, este país “sigue siendo el primer destino de las inversiones españolas. Y no solo eso, sino que se está convirtiendo en la plataforma para el desarrollo de empresas en otras naciones como Perú y Colombia”.
Entre las ventajas comparativas de Chile respecto a sus vecinos, Castillero subraya su “seguridad jurídica, instituciones solventes y una madurez y sofisticación del mercado”. Pese a ello, advierte que “las reformas han generado cierto ruido para la inversión extranjera”, aunque no prevé cambios en el interés de las firmas hispanas en Chile.
