El valor de las transferencias internacionales legales de armas ligeras y pequeñas, sus componentes y municiones, aumentó a ocho mil 500 millones de dólares anuales, más del doble de la cifra estimada en 2006, apuntó hoy un informe.
De acuerdo con el Estudio sobre Armas Pequeñas 2012, presentado en la sede de Naciones Unidas (ONU), la cifra calculada para el comercio internacional de este tipo de armamento ascendía en 2006 a poco menos de cuatro mil millones de dólares anuales.
“Una de las dos fuentes importantes de este crecimiento es el aumento de armas pequeñas y municiones por parte de civiles en Estados Unidos”, explicó el director general del estudio, Eric Berman.
Atribuyó además el incremento en las transferencias de armas pequeñas a fuerzas armadas internacionales que luchan en Irak y Afganistán, así como a los nuevos cuerpos de seguridad que han sido creados en esos dos países.
El informe fue presentado este lunes en el marco del inicio de la Conferencia sobre el programa de acción de la ONU sobre armas pequeñas y ligeras, que se extenderá hasta el siet de septiembre entrante.
El estudio asentó que tras el incremento en los últimos 15 años en la violencia en El Salvador, Guatemala, Jamaica, Honduras y Venezuela se registran ahí tasas de 30 homicidios por cada cien mil habitantes, lo que representa una tasa cinco veces superior al promedio mundial.
Estos países, así como Brasil, Colombia, Panamá y Puerto Rico registran además porcentajes “excesivamente altos” de homicidios por arma de fuego, de más de 70 por ciento, en tanto que el promedio mundial es de 42 por ciento.
El estudio dedicó un capítulo a la violencia armada relacionada con el tráfico de drogas, en donde abordan los casos de México y Brasil, particularmente el enfoque aplicado en la ciudad de Río de Janeiro.
Destacó que aunque en México se han realizado numerosos arrestos de capos de la droga, y se han fragmentado cárteles, la violencia ha aumentado en ese país.
Mientras tanto, en Río de Janeiro “el objetivo principal no consiste en erradicar el comercio ilícito de drogas, sino en reducir lo peor de la violencia relacionada con las drogas y en restaurar las autoridades del Estado”.
De acuerdo con Anna Alvazzi del Frate, quien participó en la creación del estudio, el enfoque Río de Janeiro “ha sido más exitoso en reducir la violencia que el de México. Es algo que podemos concluir a partir del estudio”.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, declaró por su parte al inicio de la conferencia que es “responsabilidad colectiva” detener el flujo ilegal de armas para evitar que terminen en manos de “señores de la guerra, criminales y traficantes”.
Recordó que medio millón de personas son asesinadas cada año con armas pequeñas y ligeras, y que los civiles, particularmente la gente pobre, es quien más sufre con este tipo de violencia.
“Las armas pequeñas siguen siendo el instrumento que prefieren aquellos que buscan retar el poder legítimo del Estado, esparcir el miedo y la inseguridad y alcanzar objetivos criminales”, manifestó Ban.
En un mensaje leído por el secretario general alterno Jan Eliasson, el titular de la ONU explicó que el costo humano producto del escaso control de las transferencias de armas en el mundo “está bien documentado”.
