Mientras la exportación de capitales nacionales alcanza niveles históricos, México se convierte en un imán para la inversión expeculativa, revelan datos del Banco de México (Banxico).
Las inversiones de empresas mexicanas hacia el exterior ascendieron a 11 mil 500 millones de dólares durante el primer semestre de 2012, una cantidad sin precedentes para un periodo similar.
En contraste, la inversión extranjera que ingresó al país ascendió a 32 mil 24 millones de dólares, de los cuales 9 mil 622 millones fueron directa, mientras que los restantes 22 mil 402 millones fueron de cartera, informó el banco central.
Lo anterior significo que de cada 100 pesos que ingresaron al país por parte de inversionistas foráneos, 30 pesos se canalizaron a conceptos que tienen como propósito crear un interés duradero y con fines económicos o empresariales a largo plazo, mientras que los otros 70 pesos fueron al mercado accionario o de dinero, también llamado capital especulativo.
De acuerdo con las cifras del instituto central, el flujo de inversión extranjera directa que entró al país durante la primera mitad de 2012 resultó el más bajo, para un periodo similar, de los últimos nueves años.
Los inversionistas han optado por la cautela ante el entorno económico mundial, y prefieren que una vez que haya mayor estabilidad financiera apostar a los diferentes mercados internacionales, entre ellos, el mexicano.
La última encuesta sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, que recaba el Banco de México, pronostica que al cierre del año ingresarán 19 mil 545 millones de dólares, es decir, se espera que en la segunda parte de 2012 entre la misma cantidad captada en el primer semestre.
La Secretaría de Economía define la inversión extranjera directa como un importante catalizador para el desarrollo, ya que tiene el potencial de generar empleo, incrementar el ahorro y la captación de divisas, estimular la competencia, incentivar la transferencia de nuevas tecnologías e impulsar las exportaciones.
No obstante, los inversionistas extranjeros prefieren desembolsar su capital en la parte de cartera, la cual se conforma por el mercado accionario y el de dinero (deuda).
De los 22 mil 402 millones de dólares que entraron en la primera mitad del año, 2 mil 791 millones se fueron al mercado accionario, mientras que los 19 mil 611 millones restantes prefirieron apostar por algún instrumento mexicano, como cetes, bonos y udibonos, entre otros.
Histórico apetito foráneo
En contraste, capitalistas nacionales invirtieron en el exterior prácticamente el doble de lo que destinaron en la primera mitad del año pasado, cuando entonces la inversión directa en el exterior fue de 5 mil 408 millones de dólares.
De acuerdo con el reporte trimestral de la balanza de pagos al primer semestre de 2012, el resultado del mayor apetito se distribuyó en la canalización de 4 mil 997 millones de dólares en el periodo enero-marzo, mientras que los restantes 6 mil 502 millones se destinaron entre abril y junio de este año.
De esa forma, el primer semestre de 2012 se ubicó como el más alto desde que el Banxico contabiliza estas cifras (2001) y supera el que había sido entonces el máximo histórico de 2010, cuando entonces se desembolsaron 10 mil 949 millones de dólares y la actividad productiva global se encontraba en una fase de expansión luego de la recesión económica.
Ya en cuanto al capital neto que salió del país, las cifras de Banxico mostraron que ascendieron a 22 mil 545 millones de dólares, lo cual se debe a la suma de la inversión directa en el exterior, así como los activos que se dirigieron a bancos en el exterior y otro tipo de desembolsos.
Las cifras del instituto central dieron cuenta de que las inversiones mexicanas que buscaron como refugio alguna institución financiera en el extranjero alcanzaron la cifra de 10 mil 518 millones de dólares en el primer semestre de 2012. Respecto al año anterior, este monto fue 26 por ciento mayor.
