Este servicio fue introducido entre los clientes de la naviera el año pasado, pero será durante 2012 que se consolide.
Visto de manera aislada, el flete marítimo de este tipo de mercancías en contenedores puede ser más caro que la modalidad a granel, sin embargo, la eliminación de algunos gastos adicionales puede hacerlo más atractivo, señaló el directivo, cuya base de operaciones está en Sao Paulo, Brasil.
“El granelero tiene que descargarse 100 por ciento en la terminal marítima y debe haber un almacén para que los minerales se queden una o dos semanas más para su distribución interna en el País. El contenedor no se queda en el puerto, sino que hay un transporte que lo lleva hasta el destino final”; agregó.
El almacenaje de estos productos en las bodegas del puerto pueden aumentar considerablemente el costo total de la cadena logística.
Adicionalmente, sostuvo Van Trooijen, esta forma de transporte minimiza el riesgo de pérdidas por contaminación de productos.
“Si una tonelada está contaminada, el granelero entero está contaminado”, dijo.
De acuerdo con el directivo, esta modalidad abre el transporte marítimo de materias primas a productores más pequeños, ya que permite llevar cargas chicas a mercados distantes sin la necesidad de utilizar todo un buque.
“La diferencia es que el contenedor es una cosa mucho más flexible. En cantidades menores, es mucho más fácil distribuir un commodity en varios países. Para un buque completo de granel, la inversión en términos de capital de trabajo es mucho más importante”, detalló Van Trooijen.
El servicio ha sido bien recibido en varios puntos de América Latina. En Chile, por ejemplo, se ha utilizado mayoritariamente para celulosa, mientras que en el sur de Brasil, ha ganado popularidad entre los exportadores de soya. En México, ha servido para las cargas minerales.
Visto de manera aislada, el flete marítimo de este tipo de mercancías en contenedores puede ser más caro que la modalidad a granel, sin embargo, la eliminación de algunos gastos adicionales puede hacerlo más atractivo, señaló el directivo, cuya base de operaciones está en Sao Paulo, Brasil.
“El granelero tiene que descargarse 100 por ciento en la terminal marítima y debe haber un almacén para que los minerales se queden una o dos semanas más para su distribución interna en el País. El contenedor no se queda en el puerto, sino que hay un transporte que lo lleva hasta el destino final”; agregó.
El almacenaje de estos productos en las bodegas del puerto pueden aumentar considerablemente el costo total de la cadena logística.
Adicionalmente, sostuvo Van Trooijen, esta forma de transporte minimiza el riesgo de pérdidas por contaminación de productos.
“Si una tonelada está contaminada, el granelero entero está contaminado”, dijo.
De acuerdo con el directivo, esta modalidad abre el transporte marítimo de materias primas a productores más pequeños, ya que permite llevar cargas chicas a mercados distantes sin la necesidad de utilizar todo un buque.
“La diferencia es que el contenedor es una cosa mucho más flexible. En cantidades menores, es mucho más fácil distribuir un commodity en varios países. Para un buque completo de granel, la inversión en términos de capital de trabajo es mucho más importante”, detalló Van Trooijen.
El servicio ha sido bien recibido en varios puntos de América Latina. En Chile, por ejemplo, se ha utilizado mayoritariamente para celulosa, mientras que en el sur de Brasil, ha ganado popularidad entre los exportadores de soya. En México, ha servido para las cargas minerales.
