Se trata de evitar que la “competición internacional se traslade al terreno de la financiación de las exportaciones” para proteger a las pequeñas y medianas empresas (PME) e impedir “las distorsiones” mediante la “financiación pública masiva” en los grandes contratos de infraestructura.
El secretario de Estado francés señaló, sin ofrecer más precisiones, al sector ferroviario.
Según Lellouche, México, el próximo presidente del G20, se comprometió a mantener viva esta iniciativa, que reunió por primera vez, además de a los ministros de los 20 países desarrollados y emergentes más ricos del planeta, a representantes de países como Emiratos Arabes Unidos o República Dominicana, así como la Comisión Europea y grandes instituciones internacionales (OMC, Banco Mundial, FMI, OCDE).
“Se han identificado dos grandes prioridades”, dijo Lellouche. La primera será movilizar de manera más eficaz a las agencias de crédito a la exportación de los países del G20 en favor de las PME en torno al Banco Mundial.
Ello haría que los “bancos regionales de desarrollo tendrían una implicación más fuerte al lado de la Sociedad Financiera Internacional, el brazo armado del Banco Mundial” en el sector privado.
La segunda “gran prioridad” tiene que ver con la financiación de grandes proyectos mediante la “búsqueda de un sistema que sea lo más equitable posible” con “reglas comunes”.
Sobre este punto, Lellouche espera un “trabajo de largo plazo” aunque considera que es “del interés de todos, tanto de los países emergentes como los del G20”.
“Brasil ya ha dado el primer paso al aceptar aplicar estas reglas al sector aeronáutico”, señaló.
