Para algunos analistas económicos, las exportaciones de Latinoamérica al Japón, que alcanzan a $us 32 mil millones, podrían sentir los efectos del terremoto, ya que las principales industrias de este país se encuentran paralizadas por el desastre.
Varios países como Perú, México, Brasil, Argentina, Bolivia, tienen un importante comercio con el país asiático. En el caso concreto de Bolivia, directa o indirectamente, el desastre natural que enfrente Japón va a repercutir negativamente, tomando en cuenta que los nipones son el tercer mayor consumidor del mundo, dijo el gerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior.
Sin embargo, el ministro de Minería y Metalurgia, José Pimentel, informó que el país nipón necesitará de los minerales bolivianos para salir adelante.
Anticipó que por el desastre del Japón, puede ocurrir una caída de los precios de los minerales, esperando que esta sea una tendencia a corto plazo y vuelvan los precios de hace 15 días atrás.
El año pasado, Bolivia exportó a Japón por un valor de 460,28 millones de dólares, la mayor parte en zinc, plata y estaño, manifestó Rodríguez al mencionar los datos de balanza comercial del Instituto Nacional de Estadística (INE).
BOLSA TOKIO
Por otro lado, ayer se informó que la Bolsa de Tokio operará esta semana, con normalidad a pesar del devastador terremoto del viernes en Japón, el cual tendrá un fuerte impacto económico en la tercera potencia mundial, especialmente en su industria.
El alcance de los daños provocados por el sismo, el mayor en la historia de Japón, sigue sin conocerse con exactitud, pero el gobierno ya ha advertido que se trata de la peor crisis en el país tras la II Guerra Mundial.
Pese a ello, los mercados financieros operarán con normalidad, tal y como anunció el gobierno al término de una reunión para evaluar las consecuencias económicas del sismo de 9 grados en la escala Richter, seguido de un devastador tsunami.
Para garantizar la estabilidad financiera tras el desastre, el Banco de Japón (BOJ) inyectó 183.825 millones de dólares en el mercado, la mayor de su historia.
Además, aseguró que el BOJ hará todo lo posible para garantizar que los cortes en el suministro de electricidad anunciados no afecten al funcionamiento de los sistemas financieros, según la agencia local Kyodo.
“Colaboraremos más de cerca que de costumbre”, dijo el ministro de Política Económica y Fiscal, Kaoru Yosano, que no descartó que el banco central aplique una política monetaria “no convencional” para ayudar al gobierno a rebajar la tensión económica.
Más allá del desastre humano, se anuncia una semana complicada por las interrupciones de energía programadas en la zona metropolitana de Tokio y otras provincias aledañas, que podrían afectar en algunos lugares al suministro de agua.
CORTES
Las dos principales compañías eléctricas de Japón prevén llevar a cabo cortes rotatorios de hasta tres horas al día, aunque en un principio los apagones no incluirán ciertas zonas del centro de Tokio que albergan edificios oficiales.
El primer ministro japonés, Naoto Kan, pidió a las grandes empresas del país que limiten en la medida de lo posible el uso de electricidad, en un llamamiento al ahorro de energía que también se ha extendido entre los ciudadanos.
Ante la interrupción del transporte y los problemas de logística provocados por el terremoto, muchos de los grandes grupos industriales japoneses han optado por reducir o detener temporalmente su producción en el archipiélago.
FÁBRICAS
Los tres principales fabricantes nipones de automóviles, Toyota, Nissan y Honda, mantenían paralizada la producción en todas sus plantas de Japón, al no poder asegurarse el suministro de las piezas.
También Suzuki anunció la misma medida, mientras el grupo Mazda, con sede en la provincia meridional de Hiroshima, es el único fabricante del motor que planea operar sus plantas con normalidad.