Una élite de 25 países del mundo está preparada para aprovechar los cambios en los sistemas de producción de la cuarta revolución industrial, sin embargo México todavía no forma parte de este grupo por sus rezagos en factores básicos como capacitación de la fuerza de trabajo.
La industria manufacturera de México es el 12 más importante del mundo, por su valor de producción y su diversidad. Sin embargo, el sector corre el riesgo de quedarse a la zaga de la industria 4.0 en la medida en que, además de carecer del talento calificado, le falta fortalecer su marco institucional y el desarrollo de innovación y tecnología.
En el estudio “Preparación para el futuro de la producción 2018”, el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) advierte que los cambios tecnológicos que vive el sector industrial tienden a dividir al mundo en “dos velocidades”.
Por un lado, los países desarrollados están listos para asimilar los cambios productivos en marcha, mientras que el resto del planeta todavía funciona bajo esquemas de industria tradicional, a pesar de los esfuerzos por modernizarse.
La edición 2018 del estudio divide en cuatro clasificaciones a 100 países, conforme a las capacidades adquiridas para adoptar las transformaciones de los modelos de producción.
La transparencia institucional también importa
En primer lugar están los países líderes, como Alemania, Canadá, China, Estados Unidos, Finlandia, Japón y Suiza, que poseen una base manufacturera robusta y niveles aceptables de preparación, ya que poseen tecnología, innovación, capital humano y marco institucional favorables.
Luego siguen los países que el WEF denomina ‘de legado’, entre los que están México, India, Rusia, Tailandia y Turquía, y que se caracterizan por su base manufacturera sólida pero que está en riesgo a falta de desarrollar los motores necesarios para la producción.
Un tercer grupo son los países de alto potencial, como Australia, Emiratos Árabes, Hong Kong y Portugal, los cuales tienen una base industrial limitada pero con alto nivel de preparación para el futuro.
En tanto que el cuarto grupo es el de los países emergentes, que son aquellos con una base industrial limitada y que además carecen de motores para la producción. Este es el caso de Argentina, Brasil, Perú y varios países asiáticos y africanos.
En sus observaciones, el WEF reitera lo dicho en el estudio 2017, en el sentido de que México necesita de una plataforma tecnológica robusta, lo que implica invertir más en investigación para detonar la generación de propuestas de bienes y servicios innovadores.
Asimismo, el WEF advierte de la necesidad de que el país adapte los planes de estudio para promover el desarrollo de habilidades del futuro, en tanto que debe impulsarse la capacitación y el reentrenamiento de la fuerza laboral ya en activo.
Otro requisito indispensable para México es la transparencia y la rendición de cuentas de las instituciones, además de construir el andamiaje necesario que permita a las pequeñas y medianas empresas (pyme) insertarse en las cadenas de valor internacionales, concluye el documento del WEF.
