En septiembre, último mes del que se cuentan con datos oficiales, registró un crecimiento interanual de 1.7 por ciento y aunque resultó mayor al punto porcentual que tuvo entre enero y agosto, “no fue suficiente para modificar la tendencia mostrada por el sector a lo largo del año”.
“En consecuencia la producción mantiene un moderado ritmo de avance, acompañado por factores de riesgo que condicionarán su desempeño en los meses por venir”, señaló el organismo.
Detalló que tales factores de riesgo son: el debilitamiento que mostró en octubre la industria automotriz al registrar retrocesos interanuales de 1.0 y 1.4 por cuento en su producción y exportación, respectivamente, el fortalecimiento del dólar que ha encarecido las exportaciones estadunidenses en el mercado mundial afectando sus ventas al exterior y reduciendo los pedidos a México que es uno de sus principales proveedores de insumos, así como el menor dinamismo de la industria manufacturera de ese país donde se dirige la mayoría de las exportaciones fabriles mexicanas.
La Concamin puntualizó que no bastan los beneficios de la estabilidad macroeconómica pues éstos “se erosionan por factores como el tratamiento fiscal, el precio de los insumos como la electricidad, los combustibles, la telefonía y el costo del financiamiento, así como el complicado marco regulatorio, el incumplimiento del Estado de derecho, los rezagos en infraestructura, la incertidumbre jurídica y la inseguridad, que elevan los costos de los negocios formales de la economía limitando sus posibilidades de crecimiento”.
Sobre el comportamiento de las cuatro grandes ramas industriales que existen en México, destacó el caso de la minería como la más afectada en este año. De enero a septiembre acumuló una caída de 6.3 por ciento en su producción, debido principalmente al retroceso de 6.5 por ciento en la extracción de petróleo y gas, así como el desplome de 16 por ciento en los servicios relacionados con la minería como la exploración y prospección minera, perforación dirigida, perforación inicial tanto para yacimientos mineros como en campos petroleros y de gas.
Otra rama industrial, la correspondiente a la generación de energía eléctrica y suministro de agua y gas, creció 3.6 por ciento en los nueve meses mencionados, sobre todo debido al avance de 4.2 por ciento en la industria eléctrica.
En cuando a la construcción acumuló un crecimiento de 3.6 por ciento entre enero y septiembre. Entre sus subsectores, el de infraestructura apenas creció 0.7 por ciento, lo que para la Concamin muestra estancamiento, en contraste con el aumento de 3.6 por ciento de la edificación.
Por último, la manufactura tuvo un crecimiento de 3.1 por ciento, pero la confederación consideró que tal cifra está “por debajo de su capacidad real de avance”.
