Para reducir la entrada de mercancía pirata es necesario dotar a las aduanas de los mecanismos y las facultades para reconocer e interceptar productos falsificados, coincidieron Fernando Barbosa, presidente del Comité de Aduanas de la Organización Mundial de las Empresas y Alfonso Rojas, presidente de la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (Caaarem).
Diariamente se registran 22,000 pedimentos, 16,000 para importación y 6,000 para exportación, dijo Gerardo Perdomo, Administrador General de Aduanas de México. La complejidad de las operaciones dificulta la detección de productos falsificados, en tanto que las revisiones se concentran en el cumplimiento de aspectos fiscales, fitosanitarios y de seguridad, dejándo de lado aspectos de propiedad industrial.
Actualmente, los agentes aduanales no cuentan con los mecanismos para detectar este tipo de productos, ni con las facultades para interceptar cargamentos ‘sospechosos’, por lo que si la aduana descubre contenedores irregulares, avisa a la Procuraduría General de la República (PGR), que es la facultada para analizar la mercancía y, en su caso, presentar una denuncia contra quien resulte responsable, explicó Rojas en el marco del Simposio sobre “Facilitación del comercio: un diálogo netre agentes y empresas”.
El problema de este esquema es que la mayoría de las revisiones o detención de cargamentos se hacen sobre aviso, de manera casuística. Por ejemplo, el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI) puede solicitar que se revise ‘x’ cargamento por sospecha de que contenga mercancía pirata, pero es una operación entre miles que se registran diariamente en las aduanas mexicanas, dijo Barbosa.
Para reducir la entrada de mercancías piratas o falsificadas es necesario capacitar a agentes aduanales y crear un registro marcario, a fin de que patentes y marcas registradas se concentren en una base de datos. Esto facilitaría que los despachadores detecten marcas o productos piratas.
Barbosa explicó que las aduanas son puntos de control que nacieron para recaudar impuestos, sin embargo, la creciente tendencia de apertura de mercados y desgravación de las mercancías implica una transformación en la operación aduanera, la cual paulatinamente debe mirar hacia temas de seguridad y legalidad más que en cuestiones fiscales.
Argentina y algunos países europeos ya cuentan con una base de datos de patentes y marcas lo cual les ha permitido reducir la entrada de productos piratas a sus economías.
