El grupo holandés especializado en transporte de contenedores movilizó 1,81 millones de TEUs en los primeros tres meses del año. No obstante, la caía del valor del flete de 1.331 dólares por unidad de 20 pies a USD 1.067 generó una reducción de los ingresos que pasaron de 2.30 billones de euros a 1.93 billones de la divisa común europea.
Según la naviera, los efectos negativos de la difícil situación del mercado fueron compensados, en parte, por las medidas de reducción de costos en el marco del programa de Octave lanzado en 2015 y por un precio bajo del manejo de granos que llegó a USD 178 por tonelada.
“En el primer trimestre estacionalmente débil se registró un resultado aceptable con un pequeño margen operativo y un margen de EBITDA del 6,4%. Esto se debió en gran parte a los efectos de la sinergia que se han logrado hasta ahora como resultado de la fusión con CSAV y las mejoras en nuestra base de costos en el marco del programa Octave que se implementó en el año 2015”, dijo Rolf Habben Jansen, CEO de Hapag-Lloyd.
Ambos factores representan alrededor de 600 millones de dólares anuales en beneficios a largo plazo en comparación con la base de costos en 2014. Dichos costos operacionales deberían seguir bajando con la implementación del Octave 2, señaló la naviera.
Con una cuota de capital propio de alrededor del 45,3% al 31 de marzo de 2016, Hapag-Lloyd aseguró que tiene un balance sólido y una reserva de liquidez de más de 794,6 millones de euros, lo que le permite -a futuro- financiarse de forma segura.
