sábado, mayo 11, 2024
InicioSin categoríaUNCTAD mira con cautela la fracturación hidráulica como método de extracción de...

UNCTAD mira con cautela la fracturación hidráulica como método de extracción de gas

Acuerdos para enfrentar el cambio climático llaman a desvincularse de los combustibles fósiles.

La fracturación hidráulica, el polémico método de extracción de gas natural de las formaciones de la roca madre, debería ser sopesado con cautela por los países que buscan ampliar su acceso a la energía, según un nuevo informe de la Unctad sobre el gas de esquisto.

El documento cuestiona la compatibilidad con los compromisos contraídos en el marco del Acuerdo de París en un contexto de apremiantes necesidades energéticas. “El cambio climático significa que todos los países deben desvincularse urgentemente de los combustibles fósiles, incluido el gas de esquisto”, dijo el secretario general de la Untacd, Mukhisa Kituyi.

Sin embargo, dado que la energía es necesaria para acabar con la pobreza e impulsar el desarrollo, los países con posibles recursos de gas de esquisto deben comprender las ventajas e inconvenientes de su explotación antes de adoptar decisiones de política sobre su combinación de fuentes de energía a corto plazo, según Kituyi.

El informe, un número especial de la serie Commodities at a Glance de la Unctad, ofrece una perspectiva imparcial sobre el gas de esquisto y la fracturación hidráulica a los encargados de formular políticas y otros interesados. Además, señala que las inversiones en el sector del gas de esquisto no deberían hacerse a expensas de la implantación de energías renovables y las estrategias de eficiencia energética.

Asimismo, el documento explica que conocimientos geológicos e hidrológicos insuficientes, la carencia de una “licencia social para operar” y unos entornos normativos inadecuados pueden constituir importantes obstáculos para la utilización de la fracturación hidráulica como método de extracción del gas de esquisto.

El gas natural debería facilitar una transición sin tropiezos del actual modelo económico, basado principalmente en los combustibles fósiles, a una economía con bajas emisiones de carbono, con el fin de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 de aquí a 2030, que consiste en garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos.

En el informe se indica que el gas natural, incluido el gas de esquisto, ofrece diversas ventajas e inconvenientes en calidad de “combustible de transición” entre grandes fuentes de emisiones de dióxido de carbono (CO2), como son el carbón y el petróleo y las renovables.

Una de sus ventajas es el hecho de que las emisiones de CO2 del gas natural por unidad de energía producida son aproximadamente un 40% inferiores a las del carbón, algo en lo que coinciden la mayoría de los expertos. Además, el gas natural se puede almacenar y utilizar bajo demanda, lo que permite satisfacer necesidades de energía variables de manera más eficiente que la energía generada a partir de fuentes renovables, como la energía eólica.

Sin embargo, entre los inconvenientes destaca el hecho de que el gas natural no deja de ser un combustible fósil y como tal una fuente de emisiones nocivas de CO2 cuando se quema. A ello se añade que, si bien el metano (CH4) —principal componente del gas natural— tiene un ciclo de vida más breve que el CO2, su potencial de calentamiento global es 28 veces mayor que el del CO2 en un horizonte de 100 años. En 2016, la concentración atmosférica de metano alcanzó un nivel sin precedentes de 1.853 partes por millardo—aproximadamente el 257% de su nivel preindustrial—, según la Organización Meteorológica Mundial.

En el informe se menciona la preocupación con respecto a la gran cantidad de agua empleada en la fracturación hidráulica y los posibles riesgos derivados de las operaciones de extracción del gas de esquisto en relación con la contaminación de las aguas subterráneas y superficiales.

Según la Administración de Información Energética de los Estados Unidos, los recursos técnicamente recuperables de gas de esquisto a nivel mundial rondaban los 215 billones de metros cúbicos en 2015, lo que equivale a unos 60 años de consumo mundial. Cerca de la mitad de estos recursos se encuentran en Argelia, Argentina, Canadá, China y Estados Unidos, principal país productor de gas de esquisto en 2015 (87% del total mundial).

Gracias a sus grandes inversiones en infraestructuras de licuefacción, Estados Unidos podría convertirse en el tercer país con mayor capacidad de aquí a 2020, después de Australia y Qatar, lo que podría favorecer la globalización del mercado del gas natural que actualmente está regionalizado.

spot_img
spot_img
Cortesía de Investing.com

PRÓXIMOS EVENTOS

¡No hay eventos!