Las fábricas de autos lideraron en la última década y media el crecimiento de la industria, pero no todas pudieron esquivar la ralentización de la economía en los últimos tres años, con excepción de la propia Toyota, que envía el 70% de su producción local al exterior.
Incluso en 2015 esta firma de origen japonés fue la única que no suspendió ni despidió personal e incluso acaba de convocar trabajadores para su ampliada planta de producción en Zárate: “Le pedimos a los operarios que hagan horas extras”, sorprende el presidente de la compañía.
Sentado a la mitad de la mesa y con la espalda hacia la puerta de entrada para cumplir con el más considerado protocolo nipón- Herrero contó en una entrevista con NA cuál es el auto que traerán a la Argentina este año, sus proyecciones para el mercado y opinó sobre el impacto de la devaluación y la inflación en el negocio. .
NA – ¿Cómo impactó la reciente devaluación en la balanza de la compañía y en los precios?
DH – Nosotros compramos y vendemos al exterior, cuando importamos perdemos con un dólar más alto, pero lo recuperamos cuando exportamos. Nuestro proyecto tiene balanza equilibrada. La devaluación no nos modificó.
En cuanto a precios, hay dos caminos: los aumentamos y ganamos más plata o los mantenemos y maximizamos el volumen. Con la devaluación de diciembre, no aumentamos los precios y seguimos entregando todas las unidades que podíamos.
Lo hicimos porque tenemos un canal muy fuerte de exportaciones para apoyarnos. Y con nuestro pensamiento de largo plazo, optamos porque los clientes estén contentos y nos compren.
NA – ¿Y la quita de los impuestos a los autos de alta gama qué impacto tendrá en sus ventas y precios en 2016?
DH En 2015 vendimos 500 camionetas SW4 y este año esperamos colocar casi 3.000. Esas son adicionales a las unidades que ya teníamos previsto producir en la planta de Zárate, por lo que también hará crecer la producción.
En las concesionarias que ya tienen el modelo nuevo de la SW4, el precio bajó en torno a un 17%. Es decir que si comparamos contra el valor máximo que tuvo el modelo anterior, la baja es cercana al 30%. De hecho hay lista de espera hasta agosto.
NA – Hubo un cambio de Gobierno y de paradigma económico. ¿Cómo se posiciona Toyota en ese nuevo escenario?
DH – Los proyectos deben ser totalmente apolíticos. Sino, es muy difícil garantizar un trabajo de largo plazo. Todo proyecto tiene que tener a la empresa, al sindicato y al Gobierno enfocados en una sola dirección.
Hay que buscar un esquema que permita sostener la producción. Nosotros no despedimos ni suspendemos trabajadores por temas económicos. Entonces, hay que hacer cosas muy seguras porque la variable de ajuste nunca es el personal.
Sabemos también que en los países de la Región el tipo de cambio es un condicionante grande. La manera de evitarlo es mayor integración local y menor importada que se compense con el volumen de exportación. En Hilux tenemos ya más del 40 por ciento de contenido local.
NA – ¿Es un problema la falta de autopartes?
DH – Hay un limitante grande en el autopartismo. Hay un ejemplo muy claro: en la Argentina no se fabrican cinturones de seguridad, que no es algo súper tecnológico que no se pueda producir. Es más un problema de diseño e inversión.
Hay un camino grande para recorrer, pero para elevar la localización de las empresas tiene que haber un horizonte de previsibilidad. Y eso demanda claridad en la terminal, el sindicato y el Gobierno. Sino es muy difícil radicar una inversión.
NA – ¿Cómo es la relación con el sindicato Smata?
DH – El diálogo es permanente y nosotros tenemos otros problemas , que por ahí causan satisfacción: necesitamos hacer horas extra y trabajar más para atender al mercado. Estuvimos tomando gente y sobre mitad de año lo vamos a volver a hacer.
Hoy tenemos 5.000 empleados directos. Pero hay entre 8.000 y 9.000 operarios en autopartismo, que trabajan para nosotros.
NA El sector viene de una baja considerable por varias cuestiones: presión impositiva, caída de demanda, especulación, inflación, devaluación. ¿Cómo hacerlo despegar otra vez?
DH – Si hoy tuviera que pedir o proponer (al Gobierno), y de hecho ya lo hice, digo: tenemos que salir a venderle a Latinoamérica para poder hacer crecer a la Argentina.
Hay un ejemplo claro, México: tiene un volumen de ventas internas de 1.100.000 autos pero fabrica 3,5 millones. Ese mercado tiene potencial como productor y vendedor y Argentina lo tiene.
NA Pero la economía de toda la Región se resintió con la crisis mundial, sobre todo Brasil…
DH – Brasil ahora muestra una caída de demanda. Pero hemos buscado compensar en otros países. Esa planificación nos permitió el año pasado ser récord de ventas histórico para la marca en la Argentina y superar por primera vez el 10% de participación en el mercado local.
NA ¿Cuál es la estrategia de Toyota para venderle al mercado latino?
DH – Armamos un departamento de comercio exterior que está recorriendo la Región, para llegar con productos y para adaptarlos a las necesidades particulares de los clientes locales.
NA – ¿Modifican en Zárate cada versión según el mercado al que va?
DH Sí. Hoy estamos haciendo 175 diferentes modelos de la nueva Hilux para toda América Latina y seguimos viendo qué otra cosa podemos hacer para aumentar el volumen de la planta de Zárate.
Perú es un destino que tiene mucha actividad minera, por ejemplo, por lo que nos estamos adaptando para ver qué quieren los mineros, con el objetivo de realizar vehículos más especiales para la actividad.
NA – ¿Cuál es la producción proyectada de la marca para 2016?
DH – Como mínimo 100.000 autos, que sería un nuevo récord. En noviembre del año pasado le dimos ese dato a todos nuestros proveedores. Así, el margen de maniobra para ellos es mayor: pueden proyectar e invertir tranquilos. Le hablamos de 100.000, pero está claro que si podemos fabricar 140.000, lo haremos.
NA El año pasado se vendieron 633.247 autos en el país. ¿Qué proyección general tiene para este año.
DH – Creemos que en 2016 habrá un mercado igual al del año pasado y en nuestro caso, el desafío es ir lanzando la nueva Hilux en todos los destinos de América Latina.
